En el marco de una fiesta un grupo de jóvenes descubre una App que les marca en sus teléfonos celulares cuánto tiempo les queda de vida. En principio, nadie se toma el asunto demasiado en serio, pero al poco tiempo se producirá la primera víctima. Será entonces la protagonista, una enfermera llamada Quinn Harris (la rubia Elizabeth Laill, vista en la serie You), quien emprenda una carrera contra el tiempo para desentrañar los misterios del caso en los escasos tres días que en principio le quedan de vida.
En ese camino habrá, además del chiller de manual, unos escarceos románticos con Matt (Jordan Calloway), un muchacho que atraviesa una situación similar; un drama familiar (ella y su hermana menor interpretada por Talitha Eliana Bateman han sufrido la temprana muerte de su madre y están dominadas por la culpa); ciertos dilemas tecnológicos (aparece un nerd encarnado por Tom Segura); una subtrama a tono con estos tiempos de #MeToo (con el doctor Sullivan, el médico acosador de Peter Facinelli); y varios elementos propios del terror religioso (con un cura obsesionado por las presencias diabólicas a cargo de P.J. Byrne).
En esta “ensalada” cinematográfica con demasiados ingredientes que nunca combinan demasiado bien entre sí todo luce predigerido, subrayado y artificial. La ópera prima del guionista y director Justin Dec -una suerte de sub Destino final- jamás encuentra el tono, la tensión ni el impacto que evidentemente busca. El resultado es frustrante y hasta podría decirse que en varios pasajes irritante. Sobre el cierre hay una apelación concreta a una secuela que ojalá no se concrete. La hora de tu muerte es tan anodina como olvidable. Tan efímera como desinstalar una App inservible de un dispositivo móvil. Bórrese después de verse.