El primer largometraje dirigido por Justin Dec es, ante todo, un claro ejemplo de cómo el cine de terror se ha convertido, salvo excepcionales casos, en un terreno fallido de experimentación cinematográfica. Pero vayamos en orden. La película inicia en una escena que tiene como motivo una fiesta llena de adolescentes. Un subgrupo allí presente se encuentra jugando a las cartas, y una de las chicas se queja por un posteo de Instagram en el que una amiga presume su veganismo. Ella, igual de engreída, dice que puede controlar su peso sin necesidad de volverse vegana, gracias a una aplicación llamada «Countdown to Skinny». Otra muchacha decide curiosear en Internet y eso lleva a encontrar Countdown. Esta app, supuestamente, permite saber con exactitud el momento en el que morirán los usuarios que la descarguen.