¿Y si nada es lo que parece ser?
Cautivante thriller con una actriz a la que se le cree todo.
Este cautivante filme plantea dudas al espectador, a cada paso. Siendo un relato lineal, las imágenes que se entrecruzan generan lógica inquietud en una trama que combina el thriller, el horror psicológico y el romance.
Y ¿por qué Sonia -la protagonista-, una mucama de un hotel italiano aparece en una foto en... Puerto Madero? La historia cruza a dos seres solitarios, que se conocen en una de esas citas express de solos y solas para conocer pareja. Sonia no suele asistir, pero Guido es “habitué”. Se enamoran, el ex policía trabaja como guardia de una mansión en las afueras, y justo cuando ella lo visita, llegan unos delincuentes a robar el lugar. Aparentemente -porque en esta película nada puede aseverarse como real- un ladrón disparó, mató a Guido y la misma bala dejó a Sonia inconsciente. Pero la mucama ve a Guido deambulando en un pasillo del hotel, sin saber si en verdad es él, o si está sufriendo alucinaciones, mientras otro policía, amigo de Guido, no le pierde pisada.
Ksenia Rappoport - la misma de La desconocida , de Tornatore- está prácticamente en pantalla durante toda la proyección, por lo que el peso de la película recae sobre ella, y bien que puede llevarlo. Galardonada con la Copa Volpi en Venecia 2009, como mejor intérprete femenina, la rusa sabe lo que hace. Sonia puede parecer confundida, enamorada, engañada o hasta suspirar, y el público comprará cada uno de sus estados. La actriz morocha, teñida para la ocasión, logra que el espectador empatice con su personaje, y con ello tiene más de la mitad de su labor consagrada.
El ritmo del relato que le imprime el operaprimista Giuseppe Capotondi es intenso. Y el hombre sabe jugar aquí y allá con la doppia ora , o la hora doble, tipo 15.15, 22.22, que es el título original de este bien desconcertante filme de suspenso que, paradójicamente, tiene convincentes actuaciones.