"Terminen el secundario"
Lejos de ofrecer algo original y terrorífico los directores Travis Cluff y Chris Lofing apuestan por lo seguro convirtiendo a “La horca” en una propuesta con muy pocos aspectos para resaltar y por ende difícil de recomendar.
Quizás el más grosero de los errores que presenta “The Gallows” es la falta de compromiso e ingenio que demostraron los realizadores para trabajar el sub-género del found footage. Por eso nuevamente somos testigos de la maldita costumbre de ver más de una cámara dentro del relato y saltos temporales absurdos e irreales.
Apenas comienza el film tenemos una leyenda que nos invita a creer que estamos a punto de ver un material policial y, si bien no somos tan ingenuos de caer en ese juego, todo buen espectador está dispuesto a seguirle la corriente a esta premisa. Ahora bien, no llegamos a la mitad de la trama y ya estamos sumergidos en un relato editado de forma tan prolija y ridícula que la pregunta es inevitable: Si esto es real, ¿Quién editó esta película? ¿El FBI en sus tiempos libres?
Hoy en día, con la cantidad de información que tenemos a nuestro alcance, es casi imposible que se nos pase por alto algún mito urbano popular como el que nos plantea la película. Googleas dos segundos y descubrís que la historia de Charlie Grimille no solo es falsa sino que ya tuvo un intento (fallido por cierto) de llegar al cine a través de Travis Cluff en el 2012. No obstante, ese no es el problema. Lo que irrita es que son los mismos realizadores los que se encargan de contar la historia de forma tan inverosímil e irreal que en más de una ocasión parece que nos estuvieran tomando el pelo como espectadores.
“La horca” tiene sus momentos de tensión bien logrados y casi todos ellos son a partir de la sugestión (algo que es clave en el found footage). El miedo a lo desconocido siempre es efectivo y asustar con alguna sombra y sonidos en medio de la oscuridad sigue estando permitido. Ahora, cuando combinas eso con efectos especiales pedorros y te encargas de dejar en claro que cualquier cámara de video puede grabar fantasmas en plena noche, el realismo desaparece por completo y simplemente somos testigos de una aventura tan fantasiosa como irrisoria.
“Cloverfield” también fue una película filmada en este formato y pese a tener un monstruo gigante atacando la ciudad de New York, resulta mucho más realista que “La horca“. Y así podemos dar muchos ejemplos más.
Mientras se siga subestimando al espectador, al terror y al found footage, dudo que tengamos una propuesta que verdaderamente nos asuste dentro de una sala de cine nuevamente. Por eso si querés pasar un mal rato de verdad, mirá otra vez esa joyita inoxidable llamada “El proyecto Blair Witch” o cruzá los dedos para que “It Follows” llegue a los cines cuanto antes.