Una de las peores películas de terror que se estrenaron en el último tiempo.
Esta producción es un reflejo contundente de la crisis creativa que vive por estos días un género que no para de brindar decepciones en los cines.
No puede ser que sea tan difícil encontrar un proyecto decente dentro de este estilo que no tome por estúpidos a los espectadores.
La horca es una película malísima que genera rechazo por la extrema incompetencia de los directores Chris Lofing y Travis Cluff.
Dos sujetos que no tenían experiencia en este género y deberían alejarse de las historias de terror de por vida.
El argumento ofrece otro clon torpe de El proyecto Blair Witch con la particularidad que el conflicto en este caso se desarrolla dentro de un teatro.
Una vez más nos encontramos con el recurso de la cinta de video perdida que se trabajó centenares de veces en la última década y siempre ofrece el mismo relato.
Más allá de ser extremadamente predecible, el film ni siquiera presenta un momento digno de tensión o suspenso que consiga envolver al espectador en la trama. Los directores recurren a efectos de sonidos burdos y repetitivos para generar escenas de susto que resultan completamente inútiles.
Tampoco le hizo un gran favor a esta producción que la historia sea narrada durante la mayor parte del film desde la perspectiva de un idiota que con el paso del tiempo se vuelve cada vez más irritante.
Un personaje que representa al típico adolescente canchero que uno desea ver eliminado en los primeros cinco minutos de la película.
Frente a este panorama, el fantasma que acecha a los protagonistas termina convertido en un justiciero noble que mitiga la tortura cinematográfica que ofrece este estreno.
Los cuatros actores desconocidos en los que se enfoca el relato problablemente integran uno de los peores repartos que se reunieron en el género de terror de estos últimos años.
Todas las interpretaciones son terribles y tampoco se puede rescatar nada en este aspecto del film.
La horca es una vergüenza como exponente del género de terror y la verdad que no vale la pena invertir una entrada al cine cuando tenés opciones más decentes en la cartelera.