Regresa a su elemento, pero de la mano de otro género
¿De qué va? Lena consigue escapar del psiquiátrico ruso en el que está recluida y viaja a Estados Unidos, haciéndose pasar por la hija desaparecida de una familia adinerada. Pero su nueva vida como Esther no será como ella esperaba, y se enfrentará a una madre que protegerá a su familia a cualquier precio…
En 2009, Orphan llegó a los cines y no tardó en conquistar a la audiencia que estaba en búsqueda de una heredera de The Ring. Lo que pocos esperaban era que más de una década después se estrenara Orphan: First Kill, una precuela en la que se explicara cómo Esther Coleman llegó a Estados Unidos y qué fue lo que pasó con la familia que la trajo de Rusia.
Volver a plantear el misterio de la original es imposible: esta nueva historia necesita partir desde la base de que todos los espectadores saben que Esther, o mejor dicho Leena Klammer, es una mujer adulta que posee una condición que la hace parecer una niña. Pero una de las mayores fallas de esta película es que no confía del todo en el espectador y cae en la sobreexplicación en más de una ocasión, algo que le resulta contraproducente y logra que el producto final se sienta mucho más largo de lo que en realidad es.
En donde sí se beneficia Orphan: First Kill es en el rápido cambio de clima, mientras la primera se siente íntegramente como una típica película de terror de su época, esta nueva entrega, dirigida por William Brent Bell, sorprende al transformarse en una comedia negra que no teme poner a su protagonista en un lugar completamente desconocido y poco predecible.
Si bien el espectador jamás pierde de vista que Leena, o Esther, identidad que adopta para llegar a Estados Unidos, es claramente la villana, su nivel de maldad parece relativo al encontrarse con personajes realmente terroríficos en esta nueva historia.
Orphan: First Kill, La Huérfana, Isabelle Fuhrman
Luego de escapar de la institución psiquiátrica en la que estaba encerrada, Leena decide hacerse pasar por una niña estadounidense desaparecida hace años con la que guarda un gran parecido físico. Aquí se plantean muchas preguntas que la cinta jamás responde, como por ejemplo cómo se repatria a una niña sin antes constatar su identidad, pero la historia hace todo lo posible para que los espectadores jamás se hagan esa pregunta, y si bien falla en esto, más adelante se entiende que no es algo muy relevante para la trama.
La nueva vida de Leena, ahora Esther, pareciera idílica, pero su nueva familia pertenece a la alcurnia estadounidense, la madre de hecho se jacta de que sus antepasados llegaron al territorio americano en el Mayflower, dejando en claro que «ellos importan». Rápidamente Leena descubre que todo lo que parece ideal de su nueva situación dista de serlo.
Pero lo más interesante de esta precuela es cómo logra mantener el misterio sobre el final, ya que se sabe por la primera entrega que esa familia murió en un incendio y sospechan que fue ella la que lo provocó. Aún sabiendo esto, la película logra desviarse del camino tradicional y sorprende con una película que del terror pasa a ser una comedia negra en la que no se puede evitar sentir lástima por esta «huérfana» y esperar que pueda escapar de semejante situación.
Pero por más buena actriz que sea Isabelle Fuhrman, su interpretación de la protagonista se ve perjudicada por el claro paso del tiempo y lo poco creíble que resulta que se hayan convencido de que esa mujer, evidentemente con cara de adulta, es una niña de 9 años. Si se puede lograr superar esto, que a la media hora de película ya se olvida, se disfruta por completo. A esto se le suma una gran actuación de la siempre genial Julia Stiles, aunque no hay dudas de que las mejores frente a cámara son ellas dos.
Orphan: First Kill cumple con su objetivo: entretiene y le da una vuelta de tuerca a una historia muy conocida, pero las reflexiones que a veces brinda el terror para hablar de la sociedad, hay que buscarlas por otro lado, porque no se van a encontrar aquí. Lo que sí está garantizado son varias carcajadas inesperadas.