Luego del suceso de "La Huérfana" (2009), la historia del matrimonio formado por Vera Farmiga y Peter Sarsgaard, quienes luego de perder a su bebé, adoptan una niña de 9 años que resulta ser una psicópata con hipopituitarismo, un raro trastorno hormonal que atrofia su crecimiento físico y le causa enanismo proporcional, llega la precuela "La Huérfana: El Origen", esta vez dirigida por William Brent Bell. El guion de David Coggeshall basado en la historia de David Leslie Johnson-McGoldrick y Alex Mace nos sitúa en Estonia en 2007 en el Neuropsiquiátrico Saarne Institute, adonde Leena Klammer (Isabelle Fuhrman) está internada. De allí logra escapar para hacerse pasar por Esther, la hija desaparecida hace cuatro años de una familia millonaria conformada por Tricia (Julia Stiles), Allen Albright (Rossif Sutherland), y su hijo, el campeón de esgrima Gunnar (Matthew Finlan), Al principio su madre parece ilusionada, su padre aún más, y emprenden el viaje a su mansión en Darien, Connecticut. La vida diaria va a demostrarle a Tricia que su hija desaparecida no tiene nada que ver con la sádica y manipuladora "niña" que vive en su casa, por algunos detalles que comienzan a aparecer y harán que la convivencia se convierta en una batalla. Si bien no podemos catalogarla en el género terror, sino más bien suspenso, el film dirigido por William Brent Bell entretiene y tiene giros inesperados que se agradecen, aunque hay evidencias no del todo creíbles desde el principio del encuentro, especialmente entre madre e hija. Destaco que una actriz de 27 años en la actualidad pueda, gracias al maquillaje, CGI y una buena técnica parecer una niña, porque si bien cuenta con la ayuda mencionada, Furhman expone una muy creíble actuación.