Dos en uno
Aunque resulta difícil etiquetar a La huésped (The Host, 2013) en un solo género, Andrew Niccol, flamante realizador de Gattaca (1997), ofrece esta vez una mezcla contundente de ciencia ficción futurista y romance adolescente, como si la saga Crepúsculo o La Guerra de los Mundos (The war of the worlds, 1953/2005) le hubieran servido de inspiración.
En un futuro no muy lejano, la Tierra se convierte en un lugar seguro, sano y limpio debido a que la raza alienígena ha venido para quedarse, tomando posesión de los cuerpos humanos como si fueran huéspedes. Algunos pocos lograron sobrevivir en remotos escondites; entre ellos está la familia de Melanie (Saoirse Ronan), una adolescente que corrió con el infortunio de ser usurpada y tendrá que convivir con Wanderer, su alma invasora.
Con La huésped, Niccol demuestra una vez más que la ciencia ficción es lo que mejor sabe hacer; pero en algunos aspectos el film resulta ser más complejo. El concepto de dualidad atraviesa toda la película que no se focaliza tanto en dar un mensaje esperanzador a los terrícolas, sino más bien en explotar los dilemas de un triángulo amoroso (por no decir cuadrado) y el conflicto interno que supone la presencia de dos personalidades dentro de un mismo cuerpo.
Apoyado en el trabajo del director de fotografía Roberto Schaefer, que brinda unas impecables imágenes de Luisiana y Nuevo México como escenarios, el guión no presenta errores mayores aunque de a poco va tomando el semblante de la saga Crepúsculo de varias maneras, lo que se fundamenta con el hecho de ser nuevamente Stephenie Meyer la autora del best-seller en el cual se inspira esta película.
La interpretación de Saoirse Ronan, que se destacó en Hanna (2011), está a altura de un papel que tampoco le demanda tanto para este argumento más que un par de expresiones emotivas. Como ella, otra actriz en su lugar lo hubiera hecho bien también, lo que recuerda automáticamente la inexpresividad de Kristen Stewart en el rol de Bella Swan.
Aun con su desdoblamiento y algunas complejidades, La huésped no deja de apuntar a un público adolescente con un guión sólido pero sencillo, con altas dosis de ciencia ficción y futurismo. Este parece ser el combo ideal para un espectador acostumbrado al amor romántico más que al realista y a observar la realidad con los ojos del personaje protagonista.