Los olores de la memoria
Una joven desea reconstruir su pasado y el “fantasma de su padre desaparecido, en Villa La Angostura.
Cómo una imagen puede dispararnos recuerdos, olores, sensaciones. Eso es La idea de un lago, más que sugerente, efectivo título del segundo largometraje de Milagros Mumenthaler (Abrir puertas y ventanas) .
Inés (muy buen trabajo de Carla Crespo) es una fotógrafa que está por editar un libro con imágenes y poemas, y a punto de parir, también, como madre soltera. Y la casa familiar en Villa La Angostura le devolverá recuerdos de todo color. El filme se basa en el libro de poemas y fotos Pozo de aire, de Guadalupe Gaona, donde reconstruye su infancia y el recuerdo de su padre, Gustavo Gaona, secuestrado y desaparecido en marzo de 1977. Guadalupe tenía dos años, e Inés, en la ficción, atesora una foto, con él, poco antes de su desaparición.
Es un doble juego sobre cómo reconstruimos la memoria. Rodada en la casa en que Guadalupe pasó su infancia y juventud, el filme no tiene la pátina ni el barniz de la nostalgia, como tampoco es un filme testimonial en sentido político. Lo que testimonio es el dolor y las heridas abiertas.