Flaubert for dummies
Una comedia contemporánea inspirada -de manera obvia y un poco torpe- por el clásico literario Madame Bovary.
Alguna vez una artista provocativa, la realizadora de Cómo maté a mi padre y Nathalie X se dedicó en los últimos años a películas más mainstream y comerciales como Coco antes de Chanel o Madres perfectas. En el caso de La ilusión de estar contigo, dirige uno de los films más livianos y superficiales de toda su carrera: se trata de una comedia romántica basada en la novela gráfica Gemma Bovery (1999), de Posy Simmonds, e inspirada a su vez por el espíritu de Madame Bovary, el clásico de clásicos de Gustave Flaubert, pero con una ambientación y una impronta actual.
El protagonista y dueño del punto de vista (y de la narración en off) es Martin Joubert (Fabrice Lucchini, algo exagerado), un intelectual renegado de París que abandona el mundo editorial para regresar al pueblo familiar en Normandia... ¡como panadero! Amante -claro- de Flaubert, se enamorará hasta la obsesión de Gemma (la bellísima Gemma Arterton, ex chica Bond y vista también en El regreso de Tamara Drewe, de Stephen Frears), una inglesa que se instala como vecina. Claro que tanto él como ella están casados y, para colmo, la chica empieza a visitar cada vez con mayor frecuencia a un joven amante (Niels Schneider).
Ensayo sobre el voyeurismo, los amores imposibles, los engaños y las manipulaciones psicológicas, La ilusión de estar contigo está regada de similitudes, paralelismos, citas y referencias -a veces de forma un poco torpe- a Flaubert. Leve, ligera, con bellas imágenes y algunos momentos de gracia, la película no es para nada irritante, pero al mismo tiempo luce bastante caricaturesca, mecánica e insípida. Muy lejos de la intensidad de las grandes novelas románticas del siglo XIX.