Bovery, no Bovary
Reluce en el filme la sensualidad de Gemma Arterton, en un relato con varios claroscuros.
Cuando la vida, o el cine en este caso, coquetea con la literatura, la literatura que es arte, el riesgo es grande. Son, por decirlo de algún modo, construcciones diferentes. La ilusión de estar contigo, cuyo título original Gemma Bovery dice mucho más que la traducción local, está libremente referenciada en el clásico de Gustave Flaubert.
Charlie y Gemma son ingleses, acaban de mudarse a Normandía, justo enfrente de la casa de Martin, un francés obsesionado con Madame Bovary, panadero artesanal cuyo matrimonio se ha vuelto casi un compromiso burocrático. La belleza de Gemma y el parecido de los nombres (Emma y Charles en la novela) lo sumergen en el exuberante mundo de esa mujer que vive allí, cruzando la calle, en ese poblado en el que el escritor francés diera forma a su obra cumbre.
Así se acaban, en un segundo, los diez años de tranquilidad sexual del panadero Martin. Una tensión que canaliza asociando la vida de esta pareja inglesa con Emma Bovary, “mujer banal que no soportaba la banalidad de su vida”. Todo lo que le pasa a Gemma, para él, está vinculado a Emma. La idea no es mala, sólo que su obsesión a veces se vuelve algo rebuscada, mientras los vínculos con la novela, un lado “b” omnipresente, señalan un rumbo previsible para esta historia que antes de ser película fue novela gráfica (de Posy Simmonds).
En la película de Anne Fontaine reluce la sensualidad de Gemma (Gemma Arterton) en un relato con claroscuros que gana y pierde por igual cuando nos subimos a la ilusión de Martin. No hay en ella señales de ser una Bovary del siglo XXI, por más amantes, dudas y frustraciones que podamos crearle. No hay una vida de novela. Salvo en Martin, cuya obsesión literaria y esa necesidad mundana de revivir un amor lo hacen bordear la locura, disfrazándose de tipo solidario. Bovery no es Bovary, y del sobrevuelo de aquélla novela arquetípica que haga cada espectador lector, dependerá el resultado de la película.