Descubrir en la infancia
La ilusión de Noemí (2015) se centra en la importancia que tiene la amistad en la infancia. La búsqueda de un “tesoro”, los nuevos tipos de familia y las problemáticas económicas, son algunos de los aspectos retratados por el director Claudio Remedi.
Noemí (Martina Horak) y Sergio (Joaquín Remedi) tienen 11 años, son compañeros de escuela y amigos. Los dos viven en Berisso, un barrio de clase media trabajadora: ella junto a su padre Leandro (Sergio Boris) y su tía abuela Alicia (María Inés Aldaburu); y él con su madre Irene (Licia Tizziani). Mientras los adultos superan los apremios económicos y Alicia intenta llevar a la niña a vivir a San Juan, Noemí y Sergio están convencidos de que en el jardín de la casa de ella hay algo enterrado. Y se disponen a encontrarlo.
El principal acierto del film es que Remedi refleja los aspectos reales sin mediaciones. La cotidianeidad del lugar, las relaciones laborales y los vínculos familiares que muestra permiten que el espectador se identifique. Cabe destacar que la infancia de los protagonistas no está a atravesada por la tecnología, y eso influye para que la amistad sea más que fundamental en sus vidas.
La ilusión de Noemí tiene momentos un poco lentos, pero en general es bastante dinámica. Los personajes están situados en un mismo contexto que les permite interactuar y que sus historias se entrecrucen. Un punto interesante es que se visualizan de cerca las acciones y sentimientos de los chicos. Así como también sus pensamientos, a través de escenas en las que se perciben sueños e inquietudes.
Todos los actores están correctos en sus actuaciones. En especial Horak y Joaquín Remedi, para quienes fue su debut cinematográfico.
La ilusión de Noemí presenta numerosos aspectos para reflexionar. Porque pone de manifiesto interrogantes de una etapa que está finalizando y de una nueva que se vislumbra.