El maravilloso mundo de Walter
Sorpresón resulta esta remake de aquella película dirigida por Norman McLeod en 1947. Ben Stiller ahora toma el mando y no sólo compone un personaje gracioso, como suele ser su costumbre, sino que además se escapa de ese encasillamiento, logrando conmover.
Walter Mitty es tan tímido y quedado para relacionarse como soñador. Trabaja en el sector de negativos de fotografías de una importante revista. Walter tiene la particular manía de “colgarse”, alejarse de la realidad e idear situaciones exageradas de una adrenalina y desenfreno importante que, lógicamente, lo tienen como héroe, similares (aunque con mayor grado de imaginación) a los divagues que experimentaba aquel dibujo animado llamado Doug Narinas. Nuestro protagonista recibe una serie de fotos de Sean O’Connell (Sean Penn), en una nota que le indica que la número 25 debe ser la que lleve la portada de la próxima edición. El problema se da cuando Mitty no la encuentra y se ve obligado a rastrear a Sean y emprender una inquietante hazaña.
El film no sólo opera como clara enseñanza y estímulo de superación, con lemas que proclamen la persecución de fines y objetivos asumiendo todo tipo de riesgos; también funciona casi como una suerte de autoayuda para todo aquel espectador al que le cueste lanzarse hacia la consecución de sus metas. El amor aparece como motor y empuje principal para que nuestro querible Walter se decida a concretar sus propósitos, en una relación que construye lentamente (y de un modo bastante verosímil a la percepción) con la figura que interpreta Kristen Wiig.
Mención especial a la destacable y por cierto moderna filmación que porta la cinta, a base de movimientos de cámara ágiles y hasta algunos interesantes efectos. La banda sonora acompaña sutilmente y cumple en los momentos justos a la hora de suscitar emotividad en el público.
La increíble vida de Walter Mitty se ajusta a todas las edades, apelando la primera hora al entretenimiento a base de una buena bocanada de gags y el segundo tramo a tintes de road movie, a todo lo que tenga que ver con las peripecias y a lo sentimental.
La proyección termina siendo un episodio tan lleno de fantasía, de enternecimiento y de aventura como los propios sueños que Walter evoca en sus dispersiones mentales, y por eso vale la pena darle una oportunidad.
LO MEJOR: supera la expectativa simple creada en el tráiler. Risas, emotividad, hazañas, buenos mensajes. Ben Stiller, como director y actor.
LO PEOR: cae en ciertos instantes previsibles. Algunos chistes pecan de conocidos.
PUNTAJE: 7,8