Ese oscuro objeto del deseo
La ópera prima de Sebastián Caullier comienza como una comedia y de a poco se transforma en una historia llena de suspenso, con toques de terror inclusive. La pretendida inocencia que vende el film al comenzar adquiere tintes de humor negro insospechados. El resultado final es una “comedia” distinta, divertida y bien narrada.
La inocencia de la araña (2011) transcurre en una pequeña ciudad de la Provincia de Formosa. Allí llega Manuel (Juan Gil Navarro), un biólogo que decide volver a su ciudad natal para dictar clases a alumnos de un colegio secundario. La llegada del profesor despierta un enamoramiento cuasi enfermizo en dos particulares adolescentes de la clase (Renata Mussano y Lourdes Rodas), y a partir de allí este hombre se transformará en el centro de sus vidas. Por su parte Juan entabla una relación con Ana (Gabriela Pastor), la profesora de Educación Física de las chicas y a quien las dos detestan. Embelesadas y muertas de amor por este hombre las muchachas están dispuestas a todo para atraer a su presa, sin importar quién o qué se interponga en su camino.
Juan carga con él una más que peculiar mascota: una araña bastante grande, más parecida a una tarántula, a quien tiene un gran aprecio. Para que sus alumnos se familiaricen con ella, decide dejarla en el colegio para que ellos la cuiden. Este simpático animal adquiere de a poco una notable función dramática. El título del film por lo tanto toma esta presencia para jugar con el sentido de la totalidad.
A pesar de querer conquistar al hombre de sus sueños, la seducción nunca aparece como una opción para las muchachas. Su bronca hacia Ana se manifiesta en esta necesidad de querer ser mujeres para seducir a Manuel pero no poder dejar de ser niñas. El objeto de su deseo es por ende inalcanzable y la frustración angustiante. Si bien la sexualidad no es un tema que el director decide desarrollar, esta fuerte tensión consigue darle peso dramático a una historia que podría ser un simple juego de chicos.
La historia que propone el film es muy ingeniosa y la atención del espectador nunca decae. Pero son las dos adolescentes que protagonizan el film las que sostienen la particular comicidad de la película. A pesar de su inexperiencia como actrices consiguen los matices necesarios para que el espectador logre entrar en el clima de suspense que propone el director.
Caulier realiza una fuerte apuesta en este film al otorgarle los papeles protagónicos a estas dos novatas y jóvenes actrices, pero no sólo sale airoso sino que sabe aprovechar sus debilidades para los fines de su historia.