Cuando alguien ama las películas, se siente en cada fibra de su ser y de sus expresiones. Scorsese tiene una pasión desenfrenada por el cine y, en “Hugo” nos lo hace saber. Scorsese nos mete en la vida de Hugo Cabret, un huérfano apasionado relojero como su difunto padre, que vive con la idea de reparar un autómata que su padre le dejo antes de morir. En medio de su búsqueda, se cruza en su camino con George Melies, uno de los pioneros del cine.
“Hugo” nos devuelve al asombro inicial por las películas. Nos transmite esa sensación de admiración al ver lo que pasa en la pantalla. Que delito es ver esta película en un televisor, o en una computadora en cuevana, o en cualquier lugar que no sea un cine y en 3D. Por que la película esta hecha justamente para que el publico redescubra (y esto va a sonar a cliché pero es así) la magia del cine. El ritual de sentarnos en un teatro oscuro, junto a un montón de extraños, y dejarnos llevar a otro mundo en el momento en que el proyector se enciende.
Scorsese en el curso de “Hugo”, nos lleva directamente al inicio del mundo de la cinematografía, con los hermanos Lumiere y sus vistas a momentos de la vida cotidiana, como “la salida de la fabrica” o la “llegada del tren”, en la cual el publico, totalmente asombrado por la novedad de estas imágenes en movimiento, se corrían y gritaban al ver llegar al tren en la pantalla. Eso es lo que busca Scorsese con “Hugo”, devolvernos a ese momento inicial de inocencia extrema, de deslumbramiento. Por eso la decisión de filmarla en 3D, por que es la (por así decirlo) maravilla de este tiempo (que resurgió, por que en realidad el 3D esta en las películas desde la década del 20 mas o menos). El uso del 3D, es magistral, la introducción a la estación de trenes donde vive Hugo, es genial, es un clase de como presentar una película. Donde sin una pizca de dialogo entendemos todo lo que pasa, quien es quien en ese lugar. Donde Scorsese va de lo general, con un travelling interminable hasta lo mas pequeño en la estación, un número de un reloj por donde Hugo espía lo que pasa (algo muy típico de Hitchcock).
Ahora pasemos a los personajes. Hugo es un huérfano que luego de quedar en la custodia de su tío borracho, toma el trabajo de darle cuerda a los relojes de la estación. Es como el operador de los proyectores, donde permanece en el anonimato, siempre espiando, y observando como todo toma vida al mover un mecanismo. Hugo busca arreglar el autómata que le regalo su padre, como una manera de mantener su memoria viva. Hugo es protagonizado por Asa Buterfield, que esta increíble en su papel. Acá voy a coincidir con Macu, que siempre dice que la mano de los grandes directores se nota en los chicos, y eso es una verdad absoluta.
Chloe Moretz también esta muy bien, es una actriz que tiene tanto futuro, y esta demostrando que no se va a quedar en estrella infantil y nada mas. Sacha Baron Cohen (o también conocido como Borat) esta perfectamente elegido para el papel del, por momentos, despiadado guardia de la estación. Su personaje es una caricatura del malhechor que persigue huérfanos. Cohen lo lleva muy bien, y le da ese toque de actor caricaturesco, pero sin llegar a lo burdo de los inicios de Jim Carrey.
Pero quien se devora esta película es el genial Ben Kingsley, quien interpreta al legendario George Melies, el padre de todo lo que vemos actualmente en la pantalla gigante. El fue uno de los primeros en utilizar el invento de los Lumiere y contar una historia, generando una puesta en escena. Siempre con motivos fantásticos, el fascinaba a la gente con sus historias. Melies es reconocido por su famosísimo “Viaje a la Luna”, todos recordaran la imagen inolvidable de la Luna con un proyectil clavado en el ojo. Una secuencia por demás innovadora en esa época, con un travelling y con la técnica implementada por él, de sustitución de elementos. Un pionero, quien fue perjudicado en Estados Unidos por los técnicos que trabajan con Edison, en la distribución de sus películas. Fueron un éxito en USA, pero no le dieron ni un peso. Realmente es un personaje que merece un “Educando al Soberano” y si, ya se, esta critica se esta extendiendo demasiado.
Obviamente “Hugo” esta mal catalogada como película para chicos. Yo diría mas bien que es para todos aquellos que amen el sentarse a ver una película, que se transporten al mundo del filme que están viviendo. “Hugo” es una obra maestra de Scorsese, es sin dudas su película más personal, y más arraigada a sus vivencias de niño y sus primeras experiencias en un cine. A uno lo deja como a un chico, embelezado frente a la pantalla….
PD: esta es una critica a la gente del Cinemark de Palermo: mejoren la insonorización
de la sala!!. En un silencio de la película escuchamos la publicidad de la camioneta de Volkswagen, y realmente (por lo menos a mi) me saco del ambiente de la película. No fue solo una vez, si no que 2 o 3 veces mas que los sonidos de otras salas se filtraron. Muchachos, por 45 mangos la entrada, lo mínimo que pretendo es no escuchar las otras salas cuando estoy viendo mi película. Gracias!.