La casa maldita
Toda casa esconde una historia y también una tragedia. Ese es el punto de partida de este film de terror que sigue los pasos de una familia que se muda a un nuevo hogar y encuentra el horror.
La invocación (Haunt) sigue el lineamiento de las típìcas películas del género a partir del relato en off de una mujer que sobrevivió a los asesinatos cometidos en esa casona años atrás. Evan, el hijo adolescente de los recién llegados, se une a una joven vecina y juntos comienzan a explorar una casa que encierra varios secretos y logran comunicarse con los "espìritus" que claman su venganza.
Con esta estructura, la película juega con los sobresaltos, con un fantasma que deambulla por la casa y con los miedos infantiles, pero sólo logra algunos buenos momentos, perdiendo luego fuerza y dejando a la deriva a una historia que prometía más escalofríos.
La acumulación de flashbacks para explicar lo sucedido (cuando se adivina a la media hora de proyección), la ausencia de un villano o criatura que realmente asuste al espectador (más alla de todos los fantasmas que desfilan por la pantalla) y una caja que registra voces del "más allá" son algunas de las piezas a las que el director recurre en este nuevo exponente del terror.
Desde Ecos mortales hasta acá, mucho se ha filmado sobre el tema pero pocas han dado en el blanco. Al buen comienzo de La invocación le sigue un material que el público conoce de antemano y que aquí no logra demasiados sustos. Los buenos climas generados en el ático que habita el adolescente, la preocupación de una madre por la vecina de al lado y una presencia a la que se denomina "Ella", conforman el ténebre universo de otra casa madita.