Los Morello tienen la mala suerte de vivir en una casa embrujada. En blanco y negro, preludiando el film, papá Morello trata de contactar a los seres queridos; mueve la manivela de un misterioso dispositivo y le depara una suerte atroz. Entonces aparecen los Asher, despreocupados y uno diría inconscientes, como toda familia que llega para ocupar una casa embrujada. A diferencia de otros films de este subgénero (primo hermano de zombis, vampiros y algún otro monstruo con la sangre al ojo y el bolsillo lleno), La invocación abandona la tensión familiar y sigue sólo a uno de los Asher, Evan, el hijo adolescente que se involucra sentimentalmente con Sam, vecina del lugar. Evan y Sam descubren el fantasma de una mujer que asola la habitación donde vivía Matthew Morello y visitan a mamá Morello, única sobreviviente y alguien que no está en sus cabales. Con la alusión a una inmemorial vendetta como explicación del embrujo, La invocación queda realmente huérfana de ideas, entretenimiento y, sobre todo, terror del bueno.