Martin Scorsese: qué director. Si uno considera a la década del 70 como los años que revolucionarían el lenguaje cinematográfico norteamericano, Scorsese es uno de los pocos pilares de aquel movimiento que aún mantiene el talento intacto. En el camino se desplomaron unos cuantos - George Lucas, Francis Ford Coppola - que no son ahora ni la sombra de lo que fueron en su momento. Pero Scorsese sigue manteniendo el mismo nervio, e incluso ha diversificado su tradicional menú mafioso como para mostrar su versatilidad.
En lo personal creo que Scorsese es un excelente director de policiales. No compro la idea de Scorsese haciendo dramas de época o sico-thrillers (como La Isla Siniestra). Lo suyo es la violencia, los mafiosos, y el crimen desde un punto de vista épico. El resto de sus filmes serán muy buenos o excelentes, no lo dudo, pero son géneros en donde Scorsese aparece como artista invitado. Es que en realidad no hay directores todo terreno (ni siquiera Stanley Kubrick); todos ellos se decantan por un género u otro en la mayor parte de su filmografía, y allí es donde consiguen sus mayores logros.
En La Isla Siniestra Scorsese juega a montar algo al estilo de Hitchcock. Conspiraciones, trampas de la memoria, y otro inocente perseguido por los villanos de turno. El escenario de la isla llena de acantilados en donde reside la clínica siquiátrica es muy hitchcockiano. A ello se suma la paranoia de las revelaciones que va recibiendo el protagonista, que termina por no confiar en nadie. Y la necesidad de escapar de un lugar imposible.
El gran problema de La Isla Siniestra es la falta de sutileza en el manejo del relato. Cuando llegan las revelaciones finales, uno las ha adivinado desde 130 minutos antes (y eso que el filme dura 138 minutos, algunos de ellos demasiado largos). Parte de la culpa es del guión y otra parte reside en la dirección de Scorsese. Uno no puede negar que los flashbacks del protagonista tienen estilo, pero a su vez están tan recargados de intenciones que no logran esconder las sorpresas del relato (y, a su vez, hay demasiados flashbacks). Cuando Scorsese decide develar la mano, el espectador ya ha adivinado el 90% de sus cartas y a lo sumo se le escaparon unos detalles menores. En Identidad o El Maquinista (sin mencionar Sexto Sentido) el manejo entre realidad / alucinación y la gran revelación final estaban mucho mejor manipulados. En esos casos el espectador se sorprendía con la última vuelta de tuerca, pero en La Isla Siniestra definitivamente no lo hace.
Eso no quita de que la travesía esté bien construída. Las perfomances son muy buenas, aunque DiCaprio ya esté un poco sacado de más desde el vamos y empiece a dar pistas sobre qué va el filme. Es un thriller serie B bien hecho, pero falla en los dos puntos fundamentales: la gran revelación final y el mantener a la audiencia sobre el filo, indecisa de si lo que ve es alucinación, realidad, locura, o efectos de las drogas que le dan al protagonista. Scorsese revela las cartas desde temprano, y sólo termina por plasmar un thriller prolijo y correcto.