Atrapado sin salida.
Juntar a Scorsese y Di Caprio es sin dudas una conjunción fuerte, el primero es un gran realizador con filmes notable y otros mucho menos, por su lado el actor es sin dudas un rostro expresivo, relevante que se sigue confirmando filme a filme.
Ambos esta vez ofrecen la historia de un investigador del gobierno que viaja a una apartada isla con su ayudante para hacer una investigación acerca de un paciente criminal que acaba de huir, pero sorpresas te da la vida como cantaba Rubén Blades, y asi el personaje principal se internará en un mundo de pesadillas, casi casi un infierno del Dante, donde una trama generosa y atrapante nos hará ver que las cosas a veces no son lo que parecen.
Digamos que existen aquí imágenes que nos hacen ver cine puro, desde una ambientación fantástica a singularidades típicas del añejo cine clase "B" -además se desarrolla en los años 50-, interminables y contínuas remitos a Hitchcock o al propio Scorsese que por momentos recuerda mucho a su versión de "Cabo del Miedo" con sus tormentas, y lluvias, y obvio los otros climas: la truculencia, lo fantasmagórico, lo casi sobrenatural, el suspenso, también se licúan de refilón temas de esa época como la reciente guerra, los experimentos atómicos, etc o sea no hay dudas que estamos ante un plato fuerte que nos conducirá a un final imprevisible para muchos y convencionalmente "tirado de los pelos" para otros.
Súmese un impresionate cast actoral con valores como Ben Kingsley {está magnífico), Max Von Sydow, Jackie Earle Haley, Emily Mortimer y aún la sobriedad de Mark Ruffalo como el acompañante de Di Caprio, todos internados habitantes de este laberinto pesadillesco, que por momentos no da tregua y en definitiva también habla del lado oscuro de la existencia humana. No esperen mucho más, pero igualmente nada de esto es tan poco.
"Alto thriller" diría un cumbiambero espectador.