La historia de Bobby Fischer, ese genio del ajedrez que pasó de ser un anticomunista absoluto a un perseguido por el Estado norteamericano, debería ser contada íntegra. Aquí aparece algo, pero el núcleo son sus duelos en Islandia contra Boris Spassky. Lo interesante, quizás un poco disuelto por el diseño de producción, es la relación entre eso inasible que llamamos “genio” y la locura, algo que no fue ajeno para Fischer. Tobey Maguire realmente transmite las emociones del personaje con justeza.