La La Land llegó a los cines y rápidamente se convirtió en la favorita de la crítica mundial.
El film es bello, tiene buen gusto, dos actores que dan bien en pantalla, fotografía que deleita nuestros sentidos y música que moviliza.
También habla de los sueños, esa pulsión que todos tenemos dentro, esa pasión por lograr un objetivo profesional, una vocación y qué pasa cuando no lo podemos concretar, qué pasa cuando sí podemos y que hubiera sido si.
En medio de música y baile con cientos de homenajes a películas de la época dorada del cine musical, sucede una historia de amor; pero es el amor tan fuerte como para sostenerse en el tiempo, para pasar todos los altibajos y problemas?
La primera media hora del film, hasta que arranca la historia de amor en sí, se hace un poco larga y extensa, al principio, para los que no somos muy amantes de los musicales se puede tornar media pesada; luego con el correr del relato, y cuando comenzamos a conocer a los personajes, la película nos va encandilando y nos atrapa.
Ryan Gosling y Emma Stone hacen un muy bello y correcto trabajo, transmiten la pasión por el Jazz, el musical y el baile.
Desde la dirección, la cámara es vertiginosa, logrando que las escenas donde hay música (recitales y lo que entraría en el rubro comedia musical), sean un deleite visual, dando la ilusión de que lo estamos viendo en vivo en un teatro de Broadway.
La La Land, es una bella película y aunque no es para todo el mundo, si se le da tiempo y se la conoce, como a un nuevo amor, nos va a enamorar.