Todos hablan de La La Land, la nueva película del jovencísimo Demián Chazelle, el musical en donde Emma Stone y Ryan Gosling cantan, bailan, se enamoran y se desenamoran. Todos postean sobre esta parejita que vive una historia con todos los clichés del amor. La historia es simple, quizás demasiado, pero el color del musical – bastante pop por cierto- y el carisma indiscutible de los protagonistas realzan una historia en donde el éxito está en la primera hora. El musical coral “Another day of sun” le inyecta a la película una energía potente, quizás demasiada para un comienzo. Muchachitos y Muchachitas cantan sobre los infortunios del amor, pero sin perder el tono poppero, saltan y copan la pantalla de forma avasalladora. Pero no es un musical clásico, tiene todas las mañas del flashmob, los protagonistas bailan entre la multitud y se dejan de hacerlo cuando aparecen los protagonistas. Allí comienza la historia de Seb y Mía, quienes se encuentran y desencuentran. Ella es una chica que quiere ser actriz pero se conforma con ser la moza en los estudios Warner y él es un pianista al que no le ha ido demasiado en la vida, los dos tienen sueños, pero lejos están de llegar a su metas.
En esa melancolía por encontrar el éxito personal, se descubren. Hay una escena, la mejor, creo que es la única perdurable en mi retina: Mía y Seb se topan en una fiesta, él está tocando con disgusto temas ochentoso (el ama el jazz) y ella para embroncarlo le pide que toque I ran de A Floxk of Seagulls, esa picardía, ese sentido del humor – es el tono de Wihplash película de Chazelle que amo- se pierde promediando la película. El tono demasiado fantástico y la insistencia del director por explotar el género musical y subrayar el tufillo a homenaje al género desgastan la historia. Goslyng (Seb) y Stone (Mía) tienen chispa y es lindo verlos juntos, pero la química no es suficiente. La La Land es linda, tiene buenos momentos, pero es sólo eso, una comedia romántica más. El furor desmedido, inexplicable, llevará a Chazelle seguramente a ganar el Oscar y a sus protagonistas a arrasar con los premios. No es de nuestras favoritas, ni siquiera la tarareable “City of Stars” tema original de la película nos cautivó demasiado, pero entendemos que seguramente sea la gran ganadora.