Se estrena este jueves la película de Andrea Testa y Francisco Márquez que integrò la Competición Oficial Internacional del presente BAFICI y “Un certain regard” en Cannes. No se trata de una pelìcula más sobre la temática de la dictadura que asoló al país a partir de 1976, sino que integra a partir de ahora un núcleo selecto y reducido junto a títulos como “La historia oficial”, “Kamchatka” e “Infancia clandestina”.
Basada en una novela de Humberto Costantini de 1984, está ambientada siete años antes como lo certifica una escena en un cine en que se escucha la voz de Alberto Olmedo (“Las turistas quieren guerra” de Enrique Cahen Salaberry).
Francisco Sanctis (Diego Velázquez) es un oscuro empleado de una empresa alimenticia quien en una de las escenas iniciales ve nuevamente postergada una prometida promoción laboral y a cambio recibe una ridícula ”caja incentivo” con productos de su compañía.
Su rutinaria vida se ve alterada cuando un día sea contactado por una vieja amiga, quien tiene datos precisos de los servicios de la aeronáutica. Francisco se entera por ella que esa misma noche un hombre y una mujer están a punto de ser “chupados”. Le revela los nombres de ambos, el teléfono y la dirección donde tendrá lugar el procedimiento y le pide a Francisco que los contacte para evitar su posible desaparición.
La “larga noche” será la que tendrá que pasar el personaje central abrumado por las dudas sobre la actitud a adoptar ante tamaño pedido. Es notable la calidad técnica del film comenzando por una estupenda fotografía (nocturna) de Federico Lastra. No menos importante y de igual gravitación es el buen manejo del sonido, mérito de Abel Tortorelli. Todo ello apuntalado por el parejo elenco donde además de Velázquez también se lucen en roles secundarios Laura Paredes y Marcelo Subiotto.