Que arroje la primera piedra.
Nadezhda (Margita Gosheva) es una maestra de inglés de un pequeño pueblo de Bulgaria, que por un error de su marido se encuentra endeudada con el banco y a pocos días de perder su casa.
Su sueldo como maestra no alcanza, por lo que también trabaja haciendo traducciones para una consultoría donde le adeudan dinero; sumado a eso su marido es bastante inútil y tiene una hija a la que mantener.
Mientras Nadezhda debe lidiar con un ladrón dentro de su clase al que aun no ha descubierto, aunque le ha dado varias oportunidades de arrepentirse, para tratar de tapar su deuda descubre que debe lidiar con ladrones de mayor calaña, empezando por el banco.
Para evitar pedirle el dinero a su padre con quien tiene una horrible relación, cae en las oficinas de un prestamista, sin saber en que se estaba metiendo.
Nadezhda tiene poco tiempo para salvar su casa, pero en esos pocos días debe enfrentar más retos que en toda su vida. Sola con el tiempo en contra, desesperada y con miles de contratiempos la maestro pueblerina se vera empujada a hacer cosas que condena dentro del aula.
Simple, despojada, naturalista -con un estilo muy similar a los filmes de los hermanos Dardenne-, con una cámara limpia que sin artilugios esta ahí solo para retratar la angustia y peripecias de la protagonista, en un ambiente realista, con una estética cotidiana.
Los directores Kristina Grozeva y Petar Valchanov construyen un filme que angustia, por momentos ahoga, pero que tiene pequeñas dosis de cinismo y humor negro con los que muestran una realidad cruel, grotesca y que sirven para que el espectador respire un poco y el relato no sea tan asfixiante.
Gosheva carga el filme sobre sus espadas, y lo hace de maravillas, sin exabruptos, sin gritos pero con expresiones que lo dicen todo, llevándonos de acá para allá mientras la espada y la pared le dejan cada vez menos lugar.
"La Lección" es un filme denso, sombrío, no accesible para todo publico, que por momentos parece interminable, pero es un excelente retrato crítico de la realidad, en un pueblo pequeño, corrupto, donde los ladrones no usan antifaz y se disfrazan de gente decente.