LECCIONES PARA ESTRICTOS
Desde Bulgaria llega La lección, de Kristina Grozeva y Petar Valchanov -ganadores en San Sebastián 2014 a la mejor dirección-, drama proletario donde una profesora de inglés de secundario en un pueblo pequeño pone en cuestión el robo suscitado en el aula de un alumno a otro. A esta correcta y moralista docente llamada Nade le indigna la injusticia realizada frente a sus narices, y pide que el ladrón deje el dinero de forma anónima para que su conciencia al menos esté tranquila. Pero parece que al autor del ilícito poco le importa y Nade obliga a que el resto de sus estudiantes se responsabilicen colaborando con dinero para la damnificada.
Ese es el puntapié al retrato de la vida de una mujer metódica, con algunos trastornos compulsivos obsesivos a la cual la “tortilla de la moralidad” se le da vuelta luego de algunos inconvenientes financieros en los que su inepto marido con problemas con el alcohol se ve envuelto. Ante la posibilidad de remate de su hogar y con una hija pequeña, Nade -que lleva los pantalones en la casa- deberá endeudarse con prestamistas corruptos, rebajarse y mendigarle dinero a su padre, sufriendo extorsiones que ponen en riesgo su integridad ética. En el medio, no podrá ser remunerada en tiempo y forma, siendo juzgada por el otro cuando era ella la que siempre apuntaba con el dedo acusador.
Con La lección somos partícipes como espectadores de las vueltas de la vida, un concepto al que nadie está ajeno. Somos espectadores también de la caída de nuestra protagonista, que vivía en una burbuja regida por sus propias reglas. Este film pequeño pero interesante cumple con un ritmo creciente y seguro, con una cámara que persigue a la maestra en una muestra de complicidad y convivencia con los malabares de una mujer sola frente al mundo. A su vez, no existe una banda sonora abusiva que tienda al melodrama para que no exista distracción alguna, porque ya la temática lo ofrece todo y juega a este buen realismo con sonido ambiente que acompaña acertadamente la acción.
A Nade, a pesar de todo, “no se le caen los anillos” en pos de alcanzar su objetivo: conservar su humilde hogar. Entre complicaciones, comenzamos a sentir empatía por este personaje tan frío y calculador en un principio. Un personaje que llega a enfrentarse con su propio padre ausente, de buen pasar y que convive con una joven a pocos meses de la muerte de la progenitora de Nade. Un personaje que comienza a tener desdibujados los límites entre el bien y el mal, entre la madurez y la chiquilinada.
La lección es de esos films que apelan a la moral sin pomposidad técnica pero con mucho interés en lo que se cuenta. No pretende dejar una moraleja, ganando al ofrecer simplemente una tragedia moderna en un mundo capitalista y burocrático.