Con algo de atraso luego de un exitoso recorrido por varios festivales internacionales, llega La lección.
Una maestra de escuela de una pequeña localidad de Bulgaria está empecinada en dar una enseñanza a su clase ya que en ella, alguno de sus alumnos ha sustraído dinero del bolso de una compañera. En paralelo a esta situación que la tiene obsesionada, su propia situación financiera tambalea, cuando descubre que su marido ha dejado de pagar la hipoteca de la casa para emplear los ahorros familiares en otras cuestiones. Así se ve envuelta en una bola de nieve de problemas, enredándose con usureros, falta de cobros de sus trabajos extras y conflictos con su padre.
El dúo de directores Kristina Grozeva y Petar Valchanov mantienen el pulso firme en esta fábula sobre el doble juego de dar una lección como docente y aprender ella misma otras tantas en el trascurrir de su conflicto. Con toques de humor negro y situaciones tragicómicas y absurdas, La lección, es una clase de ética y moral. Un drama social con ecos que hacen acordar a los hermanos Dardanne y al nuevo cine rumano, prescindiendo de toda bajada de línea.
Margita Gosheva es la magnífica protagonista Nadezhda, una mujer que aunque tiene una hija y un marido parece estar sola en esta cruzada en proteger lo que tiene, solo parece encontrar consuelo en tomar un café en la tumba de su madre y oscila entre en mantener la dignidad o perderla, frente a su padre y la nueva mujer de este, confrontando a un usurero, debatiendo los argumentos de un jefe que le debe pagos atrasados, las trampas de las entidades bancarias, sin perder de vista su tarea detectivesca del ladrón en su clase.
La lección muestra con total naturalidad la línea, delgada o no, que hace que cualquier persona decente, se convierta, por obra y gracia de determinadas circunstancias, en un delincuente. En una clara demostración que siempre hay una cadena de injusticias que hacen tambalear al más honrado.