Perdidos en las normas
Marc, un pasante bastante torpe es enviado por el Gobierno francés desde París a la Guayana Francesa, una de las últimas colonias del mundo, para controlar el cumplimiento de las normas Iso de la Unión Europea en un absurdo proyecto de un centro de ski en medio de la selva tropical que ocupa el noventa por ciento de la superficie del país sudamericano.
En la colonia, un funcionario ejecutivo le asigna a Marc, el custodio de las normas europeas en Sudamérica, una chofer, Tarzan, que resulta ser otra pasante realizando una pasantía innecesaria. Perdidos en la selva, ambos se enamoran mientras sortean situaciones inesperadas como la convivencia con una guerrilla de dos hombres, una pelea con un grupo de caníbales, la recurrente aparición de un representante de una empresa ferroviaria y la persecución de un fiscal impositivo que confunde a Marc con un evasor ya fallecido.
El segundo largometraje del realizador Antonin Peretjatko, coescrito junto a Frédéric Ciriez, es una comedia sardónica sobre las contradicciones del colonialismo y sus consecuencias sociales, que causalmente llega a la par de protestas masivas y una huelga general en la Guayana Francesa. Las diferencias entre la idiosincrasia francesa y la sudamericana se manifiestan de forma extravagante y divertida generando diversos gags para todos los gustos.
La Ley de la Jungla (La loi de la jungle, 2016) es un film tan disparatado como realista en su descripción de las ridículas imposiciones que la metrópoli le impone a la colonia y los problemas sociales que estas obligaciones absurdas generan en la población de Guayana. Con buenas actuaciones y un gran humor, el opus logra situaciones cómicas de diverso calibre que se suceden una tras otra como una catarata que no se detiene durante todo el metraje. El resultado es una obra que exagera mucho en todas las escenas pero logra su cometido de hacer reír a todos los públicos gracias a la insistencia y a un guión que sabe combinar la sátira política con la comedia romántica.