Ojo por ojo
Curioso el caso de Cassey Affleck, el hermano pequeño de Ben. A punto de convertirse en una de las estrellas hollywoodienses más rutilantes, ya que se ha embarcado en dos megaproyectos (Interstellar, de Christopher Nolan y Triple Nine, de John Hillcoat) que van a hacer subir su fama como la espuma, estrena en el transcurso de una semana dos películas pequeñas, una en Argentina y otra en España, cuyos títulos parecen hermanos gemelos.
Por un lado tenemos esta La ley del más fuerte (Out of the Furnace), que ahora nos ocupa, y por el otro En un lugar sin ley (Ain´t them Bodies Saints), que se estrenan el ocho y el nueve de mayo respectivamente. Titulos que remiten a películas duras, a añorados westerns de clase B donde el protagonista se trenzaba en lucha contra un montón de bandidos para redimirse ante el sheriff y la chica del lugar. Pues bien, algo de esto hay en La ley del más fuerte: la historia de Russell Baze (Christian Bale) y su hermano menor Rodney (el propio Affleck), quienes viven en el Rust Belt, una zona desindustrializada que registra el índice de desempleo más alto de los Estados Unidos.
El primero vuelve a trabajar en una acería a punto de cerrar después de haber pasado un tiempo entre rejas por unos temas que aquí no develaremos, mientras que el segundo acaba de volver de luchar en la guerra de Irak. Ambos sueñan con marcharse para encontrar una vida mejor, pero las cosas no se pondrán fáciles cuando se vean involucrados en unos turbios asuntos de peleas clandestinas que les conducirán a un trágico final.
Si miramos el elenco actoral en su totalidad y nos entretenemos en ver los nombres de algunos de los productores que han apostado por este film de formato pequeño, nos daremos cuenta de que algo no acaba de cuadrar. ¿Qué hacen metidos en un proyecto tan intrascendente (en cuanto a beneficios que se esperan obtener) nombres tan ilustres como Ridley Scott, Leonardo Di Caprio, Zoe Saldana William Dafoe, Forest Whitaker, Sam Shepard o Woody Harrelson, a parte de los ya citados Christian Bale y Cassey Affleck?. Sería una pregunta interesante para realizarle al firmante de la propuesta, que no es otro que el virginiano Scott Cooper, quien alcanzara fama y prestigio con Loco corazón (2009), un film que consiguió entre otros el Oscar al mejor actor en la figura de Jeff Bridges y el Oscar a la mejor canción con The weary Kind, con música y letra de Ryan Bingham.
Todo apunta a que se trataría de una estratègia basada en pasear el film por algunos festivales “indies” para que la producción fuera tomando forma y prestigio. Lo que ocurre es que La ley del más fuerte no tiene ni la fuerza ni el ímpetu del debut en la dirección de Cooper. Los personajes son planos y el envoltorio es mucho más atrayente que el regalo que esconde en su interior. Los diálogos pecan de pretenciosos y de demasiado trascendentes. Los giros de guión no son para nada creïbles y algunos personajes están demasiado caricaturizados, caso del malo de la función a quien da vida Woody Harrelson (no hay que perderse su forma de morir, que invita más a la carcajada que a la pena).
El film intenta parecerse a otros con trasfondo de denuncia política que sí han alcanzado cierto grado de calidad. Nos referimos a títulos recientes como La sospecha; El ganador o La última pelea, mucho más sólidas en planteamiento y desarrollo argumental que esta propuesta que se queda a medio camino entre el drama social y el thriller de acción al uso.