La cuestión destructiva
Iba a proceder a destruir cada uno de los apartados de este desastre cinematográfico que implica La leyenda de Hércules, que tiene el dudoso honor de ser una de las peores cosas que vi en los casi siete años que llevo escribiendo crítica y/o comentarios de cine (aparentemente, utilizar algunas palabras para definirse en su labor puede ser problemático), pero me encontré en un dilema: escribir una crítica cínica no aportaría nada más que el regodeo por aquello que es obvio con los primeros 15 minutos. Que las actuaciones son terribles, los efectos digitales son arcaicos, el guión es un desastre, algunos planos son inentendibles y un largo etcétera, pero lo que me sorprendió es cómo puede ser que esto llegue a estrenarse. No se peca de ingenuo, se conocen las políticas de las distribuidoras, pero en el contexto de la cantidad de estrenos que han pasado de largo con atributos superiores a este telefilm que parece digno del SyFy Channel (pero menos divertido), con un 3D manejado toscamente (¡ese travelling introductorio!), uno no puede pasar por alto el reclamo.
No hay mucho más que decir de este bodrio que de alguna forma no se haya dicho salvo el siguiente detalle: es una adaptación libre del mito griego de Hércules de proporciones inéditas en la historia. Mirar esta película recuerda lo peor de la prepotencia norteamericana en la industria del entretenimiento: no sólo se banaliza (e incluso cristianiza) el mito original, sino que se subestima al espectador con innumerables muestras de ignorancia y atropellos históricos. Hay momentos hilarantes, como el terrible león digital o una batalla en la que, abandonando el “realismo” (¿?), Hércules lanza rayos con su espada. La lista es extensa pero, como planteé al comienzo de la crítica, me niego a hacer un repertorio cínico de lo terrible que es esta película.
Intentando ser constructivo, hay que rescatar la labor de Liam McIntyre, un actor que desconocía pero que en el pantano de esta película es el único asidero sólido: su Sotiris es el único personaje más o menos interesante y la calidad interpretativa está a millas de la mayoría del elenco restante. Finalmente (y ya que me tomé la licencia de utilizar más marcas subjetivas de lo habitual), creo que lo mejor es decirle a quienes lean esto que no se acerquen a ver esta película. Es mala, pero mala en serio, ni siquiera puede dar el placer de algo realizado con la consciencia de hacer algo clase B.