Hércules es el personaje de la mitología griega que más adaptaciones tuvo en el cine.
Desde 1957 a la actualidad se hicieron numerosas producciones que en algunos casos brindaron un auténtico festival bizarro.
Un clásico que logró mantenerse vigente con el paso del tiempo.
De hecho, en un par de meses llegará otra película con este héroe protagonizada por The Rock, con dirección de Brett Ratner (X-Men: La batalla final).
La leyenda de Hércules fue dirigida por Renny Harlin, un realizador que en un pasado lejano hizo filmes decentes de acción como Riesgo total (Stallone), Duro de matar 2 y El largo beso del adiós (Genna Davis).
Sin embargo, desde hace muchos años, no logra estrenar una película por la que valga la pena pagar la entrada al cine.
Como ocurrió en el pasado con casi todas las producciones que se hicieron sobre Hércules (tanto europeas como hollywoodenses), esta versión también ignora por completo la leyenda tradicional del personaje.
Eso no es un problema y hasta me atrevería decir que ya es tradición obviar la mitología griega en la pantalla grande.
El gran inconveniente que tiene este film es que no tiene identidad propia.
La película es un refrito barato de 300, Los inmortales, Gladiador y la serie Espartaco.
Parecería que mezclaron todas esas producciones en una licuadora, le agregaron un par de personajes griegos y salió esto.
El director Harlin abusa impunemente de la animación computada para construir escenarios artificiales que por momentos parecen haber sido creados para un video juego.
Por otra parte, todas las secuencias de acción son iguales, algo que resulta agotador de ver, y el cineasta satura hasta el hartazgo con el uso de la cámara lenta en las escenas de pelea. No ayudó tampoco que los efectos digitales quedaron completamente truchos y se ven como un típico film del canal SyFy.
Kellan Lutz (Crepúsculo) interpreta un personaje que se llama Hércules, pero en realidad su rol es un refrito de Maximus (Gladiador), que no tiene nada que ver con el héroe griego.
Es claro que a los productores no se les cayó una idea y se limitaron a robar elementos de películas conocidas para desarrollar esta historia. De esa manera terminaron por presentar un film olvidable.
Larga vida a Kevin Sorbo.