“Gladiador”, a la griega
“Una película que reinventa los orígenes del épico héroe”, reza la gacetilla de prensa sobre La leyenda de Hércules. Un mal presagio en un momento donde Hollywood no se toma en serio la Historia (sí, con mayúsculas) y la deforma a gusto y piaccere .
Con Yo, Frankenstein ya se vivió el absurdo de “reinventar” una novela. Pero la falta de respeto, en este caso con la mitología griega, estremece con esta producción cuasi épica, donde la solución se buscó en la media sonrisa y ojitos seductores de su protagonista (Kellan Lutz), una linda chica (Gaia Weiss) y cuerpos varoniles bien trabajados (todos los demás hombres que aparecen). Y listo.
El argumento es conocido: la reina Alcmena invoca a Zeus, el dios de la guerra heleno, quien le dará un hijo: Hércules. Su marido, el temible rey Anfitrión, al sospechar del origen sobrenatural del niño, lo envía a una misión a Egipto para que lo asesinen. Pero sus victimarios, obvio, fallarán.
Y desde ese momento, La leyenda de Hércules pasa a ser Gladiador (2000), versión griega. Aquel que vio el derrotero del guerrero Maximus Décimo Meridio lo emparentará con Hércules por su destino de esclavo-a-salvador. Y en el cobarde Ificles (Liam Garrigan), medio hermano de Hércules, verá reflejado al traicionero emperador romano Cómodo (Joaquín Phoenix). La doncella en cuestión, Hebe (sí, Gaia Weiss), es casi un doble de Lucila (Connie Nielsen), adaptada por Ridley Scott.
Pero, obviamente, Gladiador tiene un 10% del componente fantástico de La Leyenda de Hércules. Las copiosas lluvias digitales, los sonidos épicos, las lenguas de fuego que buscan atravesar fortalezas inexpugnables y, el colmo del absurdo, llega en el uso y abuso del slow motion aplicado a cada salto sobrenatural del protagonista con las gotas de barro que se desparrama lentamente por toda la pantalla. Ni hablemos de las cualidades únicas para la lucha del fortachón Hércules. Su escudo, lanza, espada y demás artilugios bélicos... sí, también recuerdan a Gladiador.
La fuerza de Zeus, con su rayo benefactor, podría acercarla a la vikinga Thor. ¿Ante que estamos? Frente a un collage que ni la serie televisiva Spartakus o la producción Furia de Titanes puede igualar desde lo irreal. Sólo se codea con la espartana 300 y su ejército de hombres invencibles.