Horror en el bosque ruso
Nueva producción que viene de Rusia con lugares comunes y traición al cine de género.
Impulsada por los recientes éxitos de películas rusas como La Sirena y La novia, llega La leyenda de la viuda (The Widow, 2020), donde, no sólo se copiarán fórmulas y estereotipos, sino que, principalmente, se omitirá una regla clásica del cine de género, que es utilizar el fuera de campo como manera de estimular a los espectadores y la imaginación.
Ivan Minin nos introduce en el universo de los personajes de una manera potente, primero un falso documental sobre sucesos extraordinarios, narrados por dos señoras mayores que dan credibilidad a la narración, y por otro lado nos lleva a una cueva en un bosque lúgubre y alejado de todo, en donde un grupo de jóvenes rescatistas se encuentran haciendo prácticas extremas y siendo registrados por una periodista que desea conocer más de su trabajo. Exhaustos, y a punto de regresar a la “civilización” se topan con una misteriosa anciana, quien balbucea algunas palabras sobre una viuda que no los dejará salir del bosque con vida.
Hasta ahí las presentaciones, con un despliegue de producción grande, con tomas aéreas del bosque, con la cámara en mano vertiginosa para crear un efecto de verosímil, pero luego todo se vuelve un eterno loop, resintiendo una propuesta que por venir de un país con una larga tradición cinematográfica, y que explora, en los últimos tiempos el cine de horror, podría haber resultado en algo diferente.
Todo el metraje la película responde a aquello que esa anciana recientemente encontrada dice “no los va a dejar salir con vida de aquí”, tiene que ver con una decisión narrativa de ir a lo seguro, de copiar fórmulas y estereotipar al hartazgo sus personajes, y, principalmente, de perder la gran oportunidad de salir del lugar común para encontrar su verdadera impronta y marca.
Y como con esto no le alcanza, en la traición de una de las reglas principales del terror, y, del subgénero de found footage, o la emulación del mismo, La leyenda de la viuda decide contar su relato omitiendo la utilización del fuera de campo para lograr que la tensión y expectación del público se potencie con esa herramienta.
Mientras se espera la progresión, en la reiteración constante de las acciones en círculo, algunos sobresaltos de butaca surgen por movimientos de cámara bruscos, que refleja el contraplano de la acción o las palabras a cámara de los protagonistas, pero no mucho más, y perdiendo la oportunidad de jugar con el afuera de ese bosque que comenzará, cual "Diez Indiecitos", de Agatha Christie, a eliminar uno a uno a los rescatistas.
Con muchas similitudes a varias propuestas del estilo, es en emular escenas de El proyecto Blair Witch (The Blair Witch Project, 1999), calcadas con papel carbónico, en donde La leyenda de la viuda resiente su propuesta, la que, con un logrado tratamiento de la imagen y color, podría haber tenido un mejor resultado en su devenir narrativo y conclusión, no en copiar y copiar fórmulas y nunca revelar qué es esa leyenda que el título menciona.