Tarzán es uno de los personajes ficticios que el mundo del cine ha explotado hasta el cansancio. Ha aparecido más de 85 películas desde su nacimiento, allá por 1912 en la revista All Story Magazine. Pese a la enorme cantidad de producciones que se centraron en el rey de los monos, la última vez que lo vimos interpretado oficialmente por una persona real fue en 1998 en “Tarzán y la Ciudad Perdida”, donde fue encarnado por Casper Van Dien. Ahora, el personaje regresa en una propuesta visualmente hermosa, pero con serios problemas de edición y con un guión que dice demasiado poco sobre el emblemático rey de la selva.
Tarzán vive de manera civilizada en Londres con su esposa. Un día, es llamado para regresar al Congo para ayudar a un grupo de personas que están siendo esclavizadas con el fin de terminar obras. Pero, las intenciones de su viaje son también otras. Un viejo conocido del hombre quiere cobrar venganza por algo sucedido en el pasado y cree haber encontrado la manera perfecta para hacerlo.