El libertador de la selva
En "La leyenda de Tarzán" pasaron años desde que el hombre mono dejó atrás la selva africana para acomodarse a una aburguesada vida junto a su esposa Jane. Pero ahora es invitado a regresar a El Congo. Un filme que aprueba la difícil tarea de las remakes de sostenerse ante la fuerza de la historia original y versiones pasadas.
Las intenciones pueden ser fuertes, motivadas por algún agente interno que reniegue, censure o prohíba mirar hacia atrás. Pero de ninguna manera se puede desoír al instinto, cuando la llamada del hogar es un grito imposible de callar. De esa forma nos atrae la atención la nueva versión del rey de la selva, en “La leyenda de Tarzán”, porque si bien el título nos invita a pensar que vamos a encontrarnos con un filme que cuente toda la verdad del hombre mono, veremos en realidad la confirmación del mito.
Ocho años de vida “civilizada” en Europa tiene John Clayton III, Lord Greystoke (Alexander Skarsgård), habiendo dejado atrás su nacimiento y crecimiento en la selva africana como “Tarzán”. Vive apaciblemente como un caballero junto a su mujer Jane (Margot Robbie), cuando es invitado por la corona belga al Congo para que sea testigo de las retribuciones que hace el rey por la explotación de las minas africanas. Ante su negativa, un emisario de Estados Unidos (qué raro), George Washington Williams (Samuel Jackson) lo convence al confesar que en realidad debía viajar para verificar los rumores que hablaban de miles de esclavos trabajando al servicio de Bélgica. Lo cierto es que todo se trata de un complot ideado por el capitán belga Leon Rom (Christoph Waltz) para ofrendar a Tarzán a un enemigo de su pasado.
No decepciona
Si bien en principio parece una historia con muchas aristas y numerosos conflictos, su duración de 110 minutos la hacen entretenida todo el tiempo, dando espacio incluso para escenas clave, en flashback, de su crianza con la manada de gorilas, su primer encuentro con Jane y los puntos que lo llevaron a dejar la jungla con algún enemigo sobre su espalda. Por todos estos motivos, el mote de “rey de la selva” en la pieza se relaciona con el trato a sus compatriotas y no tanto al conocido acercamiento con los animales salvajes, aunque veremos muchas especies vinculándose con el héroe. Su director David Yates estuvo a cargo de cuatro de los filmes de “Harry Potter” y también tendrá en su poder “Animales fantásticos y cómo encontrarlos”, de la misma saga, por lo que es una ficha bien puesta por Warner Bros. para que el aspecto visual, aunque resulta bastante típico sin nada extraordinario que mostrar (una mala coincidencia es que hace pocos meses se estrenó “El libro de la selva”, que marcó bastante la cancha en este aspecto).
Disfrutable, con mucha acción pero demasiados clichés (especialmente en los villanos), “La leyenda de Tarzán” aprueba la difícil tarea de las remakes de sostenerse ante la fuerza de la historia original y versiones pasadas, aunque de todos modos es imposible que sea vista como algo más que un filme del momento y no cumple la grandilocuencia de “legendaria” que pregona su título.