Versión pop pero entretenida del clásico
Vuelve uno de los personajes más famosos de la literatura al cine. Vuelve Tarzán y viene con una historia un tanto renovada y un director que sabe mucho de entretenimiento, el británico David Yates, que estuvo al frente de los últimos cuatro films de Harry Potter.
Debo decir que tenía muchas expectativas sobre esta película, quizás demasiadas. Cuando la fui a ver al cine me encontré con algo bastante distinto de lo que imaginaba. Creí que estaba yendo a ver la compleja y oscura historia de John Clayton/Tarzán y me encontré con una producto bastante pop y ligero, que si bien cumple con creces el objetivo de entretener, no me generó grandes emociones o me dejó situaciones espectaculares dando vuelta en la cabeza.
Para empezar la trama si bien es distinta de la típica historia de Tarzán, ya que nos sitúa en un período en el que nuestro protagonista vivió muchos años en la selva, se enamoró de Jane, fue rescatado y llevado a la civilización, es al final del cuentas bastante básica, de manual y sin grandes complejidades. Un acontecimiento medio tirado de pelos lo convence de volver a la selva sabiendo el riesgo que eso implica para él y su mujer, Jane. Una vez allí, debe enfrentarse a un villano interpretado por el efectivo pero a esta altura un tanto caricaturesco Christoph Waltz, y a otro villano más en la piel de Djimon Hounsou. Tiene acción, tiene momentos divertidos, tiene romance y tiene momentos emotivos. Creo que si bien la dupla Alexander Skarsgard (Tarzán) y Margot Robbie (Jane) tienen muchas química y prenden fuego la pantalla, abusaron un poco de las situaciones de pareja entre ambos. Hay algunos besos en momentos de peligro o diálogos que no tienen mucho sentido y parecen haber sido diseñados para adolescentes de 13 años. No es que esté mal tener 13 años y ser romántica, pero creo que no es el sentido de la historia original. También acompaña en el reparto el omnipresente de Hollywood, Samuel L. Jackson, en un rol bastante divertido y que le aporta mucho a la parte humorística del film.
Hay varias escenas de interacción de nuestro protagonista con los animales, algo que creo que la mayoría estaba esperando. Algunas son muy buenas, pero me quedé con un poco de ganas de ver más secuencias en esta línea.
En conclusión creo que los que estábamos esperando algo más serio nos decepcionaremos un poco al ver que el enfoque que se le dio es totalmente pochoclero, aunque les aseguro que no saldrán aburridos. Una buena versión del clásico que no llega a maravillar desde su relato pero desde lo visual es impactante, sobre todo para las chicas que lo pueden disfrutar al grandote de Skarsgard en cuero prácticamente más de la mitad del metraje. Lo mejor sin dudas es el carisma de sus dos protagonistas.