Este filme consta de todas las variables para ser visto y reconocido en festivales de cine. En términos de recordado Anibal Vinelli, “Una película festivalera”.
En principio trabajado desde la pura estética, dirección de arte, fotografiá, los movimientos de cámara, los encuadres y el diseño sonoro, principalmente en la primera parte del relato incluyendo canciones tradicionales que solo relatan lo que ya es mostrado.
Lo cual establece una profusión innecesaria, salvo desde la pretenciosidad del producto.
El filme abre en una supuesta actualidad, en el que un grupo de cazadores se reúne en un bar y uno de ellos comienza a contar la historia de Luciano.
El espacio temporal del relato se ubica a fines del 1800, en la zona rural de Vejano, provincia de Viterbo, no muy lejana de Roma.
Luciano es el hijo “descarriado” del doctor del pueblo, borracho, dueño de una barba larga prolijamente “desidiosa”, tildado de loco, enamorado desde siempre de Emma (Maria Alexandra Lungu), amor que parece correspondido, ella es la hija de un pastor (Severino Sperandio) quien se opone a la relación ya que su hija fue prometida al príncipe del pueblo, dueño de la región.
Luciano así se enfrenta a ambos personajes. La tragedia esta anunciada.
Para establecer esto los directores se toman una hora, repitiendo información, haciendo incapie en la estética, mas grandilocuente que justificada.
El filme consta de dos partes muy bien identificadas, la primera con el subtitulo de “La Fechoria de Sant Orsio”, termina en la desgracia que obliga a nuestro antiheroe a exiliarse en Tierra del fuego.
El segundo capitulo lleva por nombre “En el Culo del Mundo”, Luciano es ahora el cura Antonio quien se cruza con cuatro aventureros en la búsqueda de un tesoro oculto, así como cambia el paisaje, también se modifica la estructura, pasando a configurarse como un western.
Posiblemente en esta segunda parte aparezca lo mejor y lo peor del filme, lo malo esta directamente relacionado a los nuevos personajes, todos argentinos, mas bien nítidamente porteños, con una impronta tipo siglo XX, sin el Che y el boludo, típicos de la segunda mitad del 1900.
Sumándole que el personaje recuerda su vida pasada en Italia, dando cuenta de todo lo importante que sucede en la primera parte, por lo cual esta pierde la importancia establecida dentro del relato.
El filme con todos los elementos incluidos para ser reverenciado en festivales, en realidad aburre, esto sucede a partir de los veinte minutos de comenzado, hasta ese momento el estilo atrapa, pero luego redunda.
Como dice el periodista y critico de cine Luciano Castillo, director de la cinemática de Cuba, existen los cortometrajes, los mediometrajes, los largometrajes y los tediometrajes.
Esta producción se enrola en la ultima clasificación.
Un dato más, particularmente me parece que el cangrejo que muestran es una centolla, pero a quien le importa.
Calificación: Regular