«La leyenda del Rey Cangrejo» postula la odisea como eco de lo humano, que una leyenda no es más que las sombras del pasado engrandecidas para entretenimiento de los presentes. La trama la enmarca una reunión de amigos ya entrados en años que discuten sobre una comida y unos buenos tragos la historia pasada a través de generaciones del hombre que se atrevió a rebelarse contra la realeza italiana.
La realidad de Luciano, allá por fines del siglo XIX, es en espíritu similar a la persona que las palabras y los años convirtieron en mito popular. Sí, su personalidad se destaca por su rebelión con tintes un tanto más violentos que lo que sus pares querrían; pero hay un tanto más de pasiones, tragos y kilómetros entre lo que fue y dicen de él.
Tampoco es un juego de contrastes lo que plantean los directores Matteo Zoppis y Alessio Rigo de Righi, sino más bien un estudio exhaustivo sobre lo que lleva al espíritu de un hombre a realizar hechos que vale la pena relatar durante siglos. En su esencia, la historia puede trasladarse a un adolescente moderno, un artista contemporáneo, un inmigrante o cualquiera sea el espejo en el que se la elija ver. Aunque claro el escenario elegido para realizarlo es la Europa que chocó imperialismo con vanguardia, con los suficientes galeones encallados, oro y cangrejos para que valga la pena acompañar su travesía.
Toda cinta de época exige un trabajo de producción y arte monumental, que en este caso trascienden lo efectivo para entregar un retrato tan artístico como verídico. El trabajo de fotografía logra un resultado similar, con un relativo minimalismo seguramente producto de las colaboraciones anteriores del dúo de dirección en un par de documentales. Ciertamente es en lo técnico una de las mejores posibilidades con las que uno puede encontrarse al ver el primer esfuerzo de ficción de cineastas que vienen del documental, con todas las fortalezas que puede trasladar como consecuencia y prácticamente ninguno de los posibles vicios. Aunque sin dudas lo que más puede sorprender es el total control que los directores, doblando como guionistas, tienen sobre la narrativa del film.
«La leyenda del Rey Cangrejo» no es una película usual, y logra una potencia que escapa a producciones que están muy lejos de las posibilidades de las industrias de cine argentino o incluso italiano. Pero sin dudas es también consecuencia de una historia y espíritu en común que une no solo a ambos pueblos sino a la cultura que tienen con el cine, teatro, literatura y arte en general. Es un drama tan romántico como tenso que se ensucia lo necesario para encontrar la belleza adecuada. De Italia a Tierra del Fuego, es una historia de piratas, curas, borrachos, príncipes y cangrejos con todos los ingredientes imaginables y no tanto como para que no le quede grande llevar la palabra Leyenda en su título.