La librería, de Isabel Coixet
Por Mariana Zabaleta
Una voz en off nos introduce en la escena, si hay algo que la literatura ha elaborado y el cine complejizado, es la relación de dicha voz con la diegésis de la obra. Ese mundo que la ficción construye, establece una relación confusa y compleja con dicha voz: ¿Dónde se oculta nuestro narrador?, ¿Viene del pasado o del futuro?, ¿Vive en dicho mundo o lo construye desde sus límites para deleitarnos? Toda la riqueza de dicho problema no es trabajado en la propuesta cinematográfica de Coixet. Una película que versa (supuestamente) sobre la literatura presenta un gran despliegue formal, impecable puesta de cámaras sacan gran provecho a cuidadas locaciones destacando un gran trabajo de la dirección de arte, salvadas estas cuestiones La librería se queda corta.
Es llamativo como uno de sus personajes mejor logrados destaca los principales problemas de la cinta. El Sr. Brundish sabiamente sentencia: de tratarse de una biografía es preferible que sea sobre personas buenas, de tratarse de una novela son más entretenidas si son de personas malas. La librería es una novela, su protagonista Florence Green es la viuda más anodina y bonachona de la historia del cine. Tamaña paradoja hace insostenible el relato, su “revolucionaria” y “aguerrida” propuesta de poner una librería en un pueblo costero de Inglaterra, durante los años 50´s, nunca termina de definirse como un propósito racional claro. La conexión con un pasado sentimental de casada y su presente “amor” por los libros parecen ser los únicos motores de tamaña empresa. Un capricho encuentra su límite en otro capricho, la villana Violet Gamart resulta de una mal aprovechada participación de Patricia Clarkson, entregando una pseudo Cruella De Vil que apenas tiene espacio y tiempo para desarrollarse como personaje.
El Sr. Brundish ya nos había entregado la reflexión más literaria de la puesta, quemar toda foto y nombre humano que señalara la propiedad y autoridad intelectual de una obra era la única manera de establecer un vínculo real y concreto con la literatura. Amar la literatura es entender la obra por fuera de su autor, darle la libertad de ser arrojada al mundo dispuesta de igual manera al éxito y al fracaso. Nunca ser un éxito de ventas sino más bien atravesar al lector entregando un mundo posible, donde la voluntad y el deseo rompen con las limitaciones de los estereotipos, aquellos que ayudar a entender nuestro propio mundo.
LA LIBRERÍA
The Bookshop. España/Reino Unido/Alemania, 2017.
Dirección: Isabel Coixet. Intérpretes: Emily Mortimer, Patricia Clarkson, Bill Nighy, James Lance, Frances Barber, Gary Piquer, Charlotte Vega, Richard Felix y Honor Kneafsey. Guión: Isabel Coixet, sobre una novela de Penelope Fitzgerald. Fotografía: Jean-Claude Larrieu. Música: Alfonso de Vilallonga. Edición: Bernat Aragonés. Distribuidora: CDI Films. Duración: 115 minutos.