El miedo del pasado
Quince años después del estreno de la primera película, La Llamada 3 (2017) llega a los cines para volver a la raíces que posicionó a La Llamada (2002) como una de las grandes películas de terror de estos tiempos. Sin embargo, esta tercera parte de la maldición de los siete días y la copia del video quedó en plenas intenciones.
Julia (Matilda Lutz) deberá salvar a su novio Holt (Alex Roe) y enfrentar la maldición que rodea a la cinta de VHS que mata a su observador una semana después de que éste la haya visto. La llamada 3 apuesta por seguir mitigando la leyenda relacionada a la protagonista del video y su historia, algo ya visto en las anteriores ediciones. Por tal motivo, aportar algo más a la historia de Samara significó exprimir hasta la última gota de un argumento que no tenía la consistencia para un desarrollo tan abarcativo.
De este modo, quedó expuesto como ninguna de las dos secuelas supo ofrecer algo más, nuevo y diferente. A lo largo de todo el film, se repiten una y otra vez los clichés del género sin salir de los lugares comunes en los cuales se manejan.
Tanto su director F. Javier Gutiérrez como el equipo de guionistas, trataron de llevar a otro escenario los hilos de esta historia – un grupo de investigación-experimentanción sobre este fenómeno paranormal- pero se diluyó al poco tiempo en otra subtrama. Entonces, el primer acto del film y toda la primera hora parece innecesaria e inconexa tomando en cuenta a qué lugar se busca llegar en cuanto al guión. La Llamada 3 pierde su consistencia narrativa con diálogos malogrados, subtramas poco claras y protagonista tan ingenuos como superficiales.
Ni Matilda Lutz ni Alex Roe cumplen con una actuación superlativa y destacable. A ellos, se les unen Johnny Galecki (The Big Bang Theory) y Vincent D'Onofrio (Daredevil), quien es el mejor que logra captar la esencia de la película y la encamina en los pocos minutos que aparece en pantalla. Por otro lado, el foco del terror y suspenso está totalmente ausente ya que en ninguna parte de la película se alcanza un climax para acorrar al espectador y asustarlo. La llamada 3 se pierde en sus intentos de recrear un clima angustiante, desafiante y poco conocido para provocar terror y suspenso. En ningún momento busca trascender de lo hecho anteriormente y siempre cae en la misma fosa: el miedo proviene de las imágenes de la cinta y su interacción con los personajes.
La Llamada 3 buscó expandirse hacia nuevos lugares pero terminó cayendo en una resolución poco creativa, entorpeciendo la idea principal por la cual se desarrollaba el film. A su vez, tampoco logró recrear las escenas asfixiantes de su primera entrega, tornándose aburrida y monótona.
Por Alan Schenone