Sustos de ayer y hoy.
En 1991 Kijo Suzuki publicaba la novela Ringu; pero no fue hasta 1998 con el clásico homónimo del terror japonés dirigido por Hideo Nakata que se desató el furor que durante muchos años fue la moda del J-Horror (Terror japonés).
Si bien ya existía una adaptación cinematográfica japonesa de la misma novela hecha para televisión en 1995; no fue hasta el film de Nakata que todos empezaron a hablar de ella, llevando a varias secuelas, spin-off, series de televisión, parodias cómicas y pornos, y remakes en otros países como Corea del sur y por supuesto EE.UU.
Hollywood no se hizo esperar y para 2002 ya teníamos La Llamada, dirigida por Gore Verbinski (que casualmente estrena esta misma semana nueva película, La Cura Siniestra) uno de los mejores exponentes de las adaptaciones mainstream del terror hecho en el extranjero, convirtiéndose en un clásico inmediato, y abriéndole las puertas a otras adaptaciones norteamericanas del J-Horror.
En 2005 tuvimos secuela, hasta se trajo al propio Nakata para dirigirla, pero todos preferimos olvidarla. Ahora, casi once años después de no saber nada de aquel video que, si lo ves, siete días después te mueres; tenemos más noticias ¿Alentadoras?
De la mano del director español Francisco Javier Gutierrez (Tres Días) y tres guionistas (David Loucka , Jacob Estes, y el inefable Akiva Goldsman) intentan retomar una historia que comienza con una secuencia pre-títulos arriba de un avión que, extrañamente nos hará recordar a nuestra Relatos Salvajes.
Dos años después, en una feria, una estudiante llamada Skye (Aimee Teegarden) y su profesor Gabriel (Jhonny “Leonard” Galecki) se topan con una videocasetera, la compran, y al revisarla ¿adivinen qué? Tiene un VHS adentro, con una etiqueta que invita “Mírame”.
Otro salto de escena, Julia (la italiana Matilda Anna Ingrid Lutz), finalmente la protagonista, debe despedir a su novio Holt (Alex Roe) quien parte hacia la universidad.
A los pocos días pierde noticias de él, e investigando llegará al recinto estudiantil en el que nos enteraremos que Holt es estudiante de Gabriel; y que este último se encuentra haciendo una investigación científica empírica relacionada al mito de Samara y lo que se ve en el video. Para ese fin, digitalizó el video (sí chicos, es el nuevo Siglo, ahora los videos se ven online) e invita a varios de sus estudiantes a que vean el video y hagan una copia para romper con la maldición, virilizándolo dentro del campus.
Por supuesto, Julia terminará viendo el video, y como ella es alguien especial (vaya uno a saber por qué) descubrirá que la maldición es más fuerte en ella, y que puede ver partes del video que los demás no había visto, hasta las ve en visiones posteriores… en fin.
La Llamada 3 intenta retomar el camino de su primera entrega, realizando una investigación, y llevando a los protagonistas a un pueblo oscuro en busca de respuestas. Pero su principal problema es que no se define entre ser un reinicio (que en definitiva no les en absoluto) o una secuela más. En verdad, retoma hechos de la segunda entrega y no es que la ignora, sino que los vuelve a contar, de un modo más o menos diferente pero los mismos hechos, e intenta causar sorpresa con datos que ya sabíamos antes de verla.
El desarrollo se inclina más por el misterio que por el terror, y no es un problema de “falta de muertes”, la primera tampoco apilaba cadáveres, pero mantenía una atmósfera inquietante permanente sobre lo que podía llegar a pasar. Nada de eso hay acá, no hay sorpresas, el misterio investigativo es más bien monótono, y hasta se privan de mostrarnos una de las muertes que aunque sea hubiese causado algo de impacto.
La fotografía a cargo de Sharone Meir fluctúa permanentemente logrando una total falta de clima, va de tonos oscuros azulados, a soleado sepia, a oscuro verdoso, a… nada. No hay rigor estético de ningún tipo.
Las interpretaciones de Lutz y Roe uno las imagina saliendo del casting de algún aserradero; no hay química entre ellos ni con el público, ni transmiten un mínimo de pavor; lo único que podemos hacer es ver lo parecida que es ella a Ellen Page. Ahí está también el inoxidable Vincent D’Onofrio extrañamente parecido a Facundo Cabral, en el momento No Respíres del film.
El guion de vueltas y vueltas, se alarga, cuenta lo que ya sabíamos, contiene varios baches internos, y hasta se contradice con lo que vimos anteriormente y con lo que vemos en la propia entrega.
Conclusión:
La Llamada 3 intenta adaptar una historia que ya era redonda para una nueva generación acostumbrada a otros formatos, y falla atrayendo tanto al público seguidor como a los nuevos curiosos; por una serie de errores difíciles de pasar por alto. Los japoneses siguen sabiendo hacer mejor las cosas, como en la reciente y divertida Sadako vs Kayako; o quizás sea hora de dejar descansar ese video en paz.