La nueva entrega de La llamada es un intento fallido por relanzar el personaje de Samara Morgan (originalmente Sadako Yamamura) para una nueva generación de espectadores.
A fines de los años ´90 cuando apareció la película japonesa fue un fenómeno importante en este género por la originalidad con la que abordó el terror psicológico del conflicto.
Luego vino la remake hollywoodense en el 2002 con Naomi Watts que le dio más popularidad a esta historia en Occidente y le abrió la puerta a una fórmula argumental que se explotó hasta el hartazgo en la actualidad.
La llamada 3 presenta dos graves problemas que los productores no lograron resolver en esta entrega.
Pasaron 12 años desde el estreno de la segunda parte y esta nueva historia no presenta ningún elemento que destaque a este film sobre el resto de las copias malas que vimos en la última década.
Salvo por el hecho que el concepto de la leyenda urbana de Samara ahora se trabaja en la era digital no hay grandes novedades.
Los guionistas en esta oportunidad intentaron incluir un típico misterio de Nancy Drew para desarrollar la mitología de la saga, pero el conflicto no conduce a nada y termina siendo bastante tonto.
Por otro parte, el director español F.Javier Gutiérrez ofrece una narración desapasionada con escenas de susto trilladas que no consiguen el efecto deseado. En parte también porque que ya vimos situaciones similares en otros filmes mediocres.
El reparto al menos es decente y algunas intervenciones de Vincent D Onofrio hacen un poco más llevadera la trama. Probablemente el único aspecto rescatable de esta película.
Sin embargo, en términos generales La llamada 3 es una producción olvidable que no le aporta nada a esta franquicia.