El prolífico director canadiense de Incendies, La sospecha, El hombre duplicado y Sicario incursiona por primera vez en el género de ciencia ficción (antes de su participación como realizador en Blade Runner 2049, secuela de la mítica película de 1982) con buenos resultados en una película que compitió por el León de Oro de la reciente Mostra de Venecia. Amy Adams y Jeremy Renner se lucen en un historia existencialista que "dialoga" con films como El origen, Interestelar o El árbol de la vida.
En esta nueva producción estadounidense, el director canadiense de La sospecha, El hombre duplicado y Sicario se atreve con un género que aún no había explorado: el thriller de ciencia ficción. Ante todo debemos advertir que los fanáticos del sci-fi que esperen ver una invasión e intento de exterminio de la raza humana –al estilo de Guerra de los Mundos– saldrán de la sala de cine decepcionados.
Como indica su título, La llegada (Arrival) parte de la aparición de doce naves extraterrestres en el planeta Tierra; sin embargo, nos encontramos ante un film de un corte más existencialista y teórico de lo que parece. El autor hace uso del imaginario fantástico para denunciar la falta de voluntad del ser humano para entenderse entre iguales, así como para condenar el espíritu belicista que ha definido a la Humanidad desde su origen.
Por otro lado, Villeneuve vuelve escoger a una mujer para protagonizar su película. En esta ocasión, una espléndida Amy Adams encarna una versión parecida a la Emily Blunt de Sicario. En La llegada, Adams resplandece en el rol villeneuviano de la heroína que nunca pidió serlo. Aquí, será una doctora en lingüística, requerida por las Fuerzas Armadas estadounidenses por sus conocimientos en interpretación de alfabetos. La mujer, que ya había ayudado a los servicios de inteligencia años atrás, es la única persona capaz de descifrar el lenguaje de los extraterrestres.
Los dos primeros tercios de esta adaptación (poco fidedigna) del relato breve Story of Your Life, de Ted Chiang, versan sobre los intentos de decodificar el alfabeto marciano. No es hasta el estimulante capítulo final cuando la trama deviene un laberinto espacio-temporal. Para no revelar demasiadas pistas sobre el desenlace del largometraje, tan sólo añadiremos que el relato queda atrapado en el clásico agujero negro nolaniano de El origen o Interestelar, que además el director filmará, montará y acompañará musicalmente a la manera de El árbol de la vida. Es interesante destacar que, tratándose de su primera película de ciencia ficción, Villeneuve resuelve dicho bucle con astucia, y sin perder la noción de verosimilitud en ninguna secuencia.