Lo que me gustó bastante de La llegada es el enfoque totalmente diferente que se le da a una película de invasión extraterrestre.
Más allá del desarrollo y hacia donde vira la historia me pareció genial cómo se encara desde un punto de vista muy real y contemporáneo el escenario de que la humanidad sea visitada por naves extraterrestres de un día para el otro.
Nos encontramos con un film de personajes y Amy Admas ofrece -como siempre- una interpretación soberbia en los diferentes matices de su caracterización.
La primera mitad de la película es alucinante, casi no pestañás y luego decae un poco, algo muy común cuando se construye un hype tan alto y bien fundado.
Una vez que los secretos empiezan a ser revelados y el conflicto pasa por otro lado la película pierde un poco de fuerza, pero luego se levanta con una revelación sorprendente (aunque algo confusa) en el climax.
El director es el canadiense Denis Villeneuve, quien viene haciendo grandes trabajos tales como Sicario (2015) y Prisioners (2013). Aquí hace una gran puesta y lleva muy bien la historia incluso en el bajón que hay pasando la mitad (un problema de guión y no de dirección).
Otra contra para destacar (pero no de forma positiva) es el diseño de los aliens. ¡No puedo entender cómo no vieron que se parecen mucho a los que siempre aparecen en Los Simpson! Así que si tenés la mente muy pintada de amarillo se te escapa una carcajada cuando los ves por primera vez, algo que obviamente corta el clima de suspenso.
La fotografía es muy buena y lo mismo la música. Todos los aspectos técnicos están a la altura de lo que prometen.
La llegada buen film de ciencia ficción pero no mucho más que eso pese a su factura técnica y el carisma de su protagonista.