¿Es Denis Villeneuve uno de los realizadores contemporáneos más sólidos y convincentes? ¿Es aquel que ha podido plasmar en imágenes los miedos y pesadillas más frecuentes de los hombres?
Claro que sí, y con “La Llegada” (2016) su más reciente film, avanza en algo que tal vez otros directores hayan trabajado anteriormente, peor con una impronta nueva enfocada, principalmente en la ciencia humana como catalizador de la realidad.
Christopher Nolan tuvo su oportunidad, y quizás haya querido reflejar en la imperfecta “Interestelar” (2015), este punto, o quizás Robert Zemeckis en la comercialisima “Contacto” (2001), sumando dosis de semiología y profundo análisis del lenguaje al preguntarse sobre qué pasaría ante la llegada de seres de otro planeta y la posibilidad de comunicarse con ellos.
El film es el épico recorrido de una lingüista (Amy Adams, tal vez en el mejor año de su carrera sumando a “Animales Nocturnos” este otro gran rol), quien tras haber sufrido una pérdida personal enorme, es absorbida por el gobierno para tratar, de alguna manera, de conectarse con extraterrestres que llegan a la tierra de manera imprevista (¿o acaso hay otra manera que lleguen?).
El derrotero para hacerse entender y entenderlos es el motor de una película que avanza y retrocede en el tiempo, que suma personajes pero que en realidad intenta generar un escudo protector alrededor de Louise (Adams) para que su actuar potencie cada pequeño detalle que Villeneuve va dejando como rastro de la gran historia que tras “La Llegada” se esconde.
El hombre como ser habitante de la tierra, con la creencia de su eterno poderío es sucumbido por la ignorancia frente a una especie sobre la que nada sabe, pero también sobre la que, aparentemente, tampoco quiere saber mucho, fundan este relato que explora los límites de la ciencia ficción.
El director decide enfocarse en lo humano con su lente, demostrando que los peores presagios están entre nosotros, más allá de cualquier sorpresiva llegada. Lo extraterrestre se presencia a partir de imágenes mediatizadas, de grabaciones, de pantallas de computadoras que tratan de sumar información ante lo inexplicable.
Y entre el mundo de la ciencia, aquel en el que Louise sabe manejarse firme y con paso seguro, el abismo de la experiencia directa con los seres alienígenas, representados como habitualmente se los suele mostrar pero sumando esos óvalos gigantes como naves que penden y ponen en vilo a la humanidad.
Algunas frases como “el lenguaje que hablas determina como piensas”, para luego presentar a esa Louise con conflictos, luchando contra sus propios fantasmas, con los del resto de su equipo (Jeremy Renner, Forest Whitaker) y con la clara misión de conectar ambos mundos, permiten que la misión que le tocó pueda llegar a buen puerto, a pesar que todo indica lo contrario.
Film evento, como esos que pocas veces en el tiempo nos tocan ver, “La Llegada” es una experiencia única para vivir y compartir, para sentir y comentar, para comprender de una vez por todas que si la experiencia en la Tierra es lo único que se puede pensar como válido, la finitud de nuestros cuerpos y la inmensidad del universo nos están queriendo decir otra cosa.