Juan Martín Hsu indaga en la historia de su familia
Tras la auspiciosa “La Salada” y colaborar en varias producciones de otros realizadores, Hsu habla de mandatos familiares, secretos y el pasado como construcción de la identidad y la individualidad de los sujetos.
Con una delicada elección de sonidos para acompasar los diálogos con los miembros de su familia, La luna representa mi corazón (2021) atraviesa su narración con la férrea convicción de potenciar sus ideas sobre la propuesta, desde un registro documental casi básico, cámara ubicada en un rincón de la habitación y encuadre en donde muchas veces las cabezas son cortadas por la mitad.
En esa decisión, hay también una elección de privilegiar la palabra sobre la imagen, el recuerdo y la verdad, ante la imposición de mecanismos cinematográficos que en la captura, no ya en la edición, distorsionen aquello que muestran.
Dos viajes a Taiwan, en momentos completamente diferentes de su vida, permiten el registro de una historia que habla de un mundo atravesado por cuestiones no dichas sobre una tragedia que atravesó a la familia y que, en un punto, necesita un cierre, por decirlo de alguna manera.
Hsu realiza una crónica vívida de sus viajes. De detalles que tienen que ver con la mirada del que recién llega a un lugar plagado de su vida, pero que, inevitablemente, hace tiempo que le es ajeno. Reuniones familiares, recuerdos y dolores que se vuelven a poner sobre la mesa, y una ficción que transita pasajes del pasado de sus padres, permiten configurar una propuesta que resulta un ejercicio de catarsis para el director.
En el descubrir y descubrirse dialogando con su madre y otros familiares, el realizador va configurando una estructura en la que, gracias a la separación por intervalos musicales de canciones populares de autores argentinos interpretadas en mandarín, se termina por exorcizar cuestiones que hacen a la intimidad de sus personajes y de las que, como buen director, saca provecho para así construir un relato que tiene a la migración, separaciones, y también a la muerte, como guía del relato.