Marina Zeising construye su documental como las sucesivas estaciones de un viaje inabarcable: el desafío a los ideales de familia, el miedo al embarazo, el deseo de la maternidad. Su voz nos guía, se interroga, planifica sus arribos. Primero Roma y la imagen de la loba que amamantara a Rómulo y Remo, luego Noruega y los recuerdos del pasado familiar. Las entrevistas con profesionales y las reflexiones más pensadas dan cuenta de una instancia previsible, algo declarativa. Pero en su travesía hay momentos deslumbrantes: las divertidas discusiones con su madre, la emoción capturada en un grupo de lactancia, la contracara luchadora de una Roma turística. En esos pasajes el documental sintoniza con el sentir interno de su directora.