Cuando muchas personas son poseídas por una fuerza demoníaca
Si hiciéramos la pregunta ¿cuántas películas sobre posesiones demoniacas hemos visto estrenar desde que tenemos uso de memoria? ¿Qué responderían? ¿Unas treinta? Es que, sin exagerar, se exhiben en salas una por año, todas con la misma línea narrativa, técnica y personajes.
El señor está con nosotros y en las películas de posesiones genéricas también. El exorcista (The Exorcist, 1973), La profecía (The Omen,1976) y Horror en Amytiville (The Amityville Horror, 1979), sentaron las bases del subgénero de posesión en los setenta, es una simple formula:
un niño es poseído + una familia desesperada que, al no encontrar ayuda médica decide acudir a la iglesia católica + un cura joven o viejo, determinado e inquebrantable comienza a cuestionar su fe + el mal seduce a los personajes y se sale de control + escenas largas de exorcismo = el demonio sale del cuerpo y pasa a otra persona.
Con esta misma fórmula podemos definir a la nueva película de Daniel Stamm llamada La luz del diablo,pero la diferencia es acá es que vamos a añadir a la formula una monja exorcista. tenemos el conocimiento de que las mujeres tienen capacidad limitada en la iglesia católica, se les asocia como sirvientas de Dios o esclavas de Jesús, más allá de eso hay participación, siempre veremos a curas condenando a un demonio con una cruz, pero ¿Una monja exorcista?
Stamm es uno de los directores de Them (2021), la serie de Amazon Prime, pero su carrera ha sido enfocada en el terror sobrenatural y, el tema de las posesiones no le es ajeno, ejemplo es uno de sus primeros filmes El último exorcismo (The Last Exorcism, 2010), pero lamentablemente no fue el último.
Una joven monja, la hermana Ann (Jacqueline Byers), se prepara para un exorcismo luego de que haya sido aceptada en la escuela de Exorcismo del Vaticano. Se debe enfrentar a una fuerza demoniaca que posee a una niña que está misteriosamente relacionada con su pasado.
Con esta descripción más los dos trailers que están disponibles, ya podemos predecir de qué va y cómo será toda la película.
Para destacar lo positivo, el apartado técnico es impecable, especialmente el diseño de sonido, este nos hace saltar de las butacas por un momento, la fotografía con el manejo de luces y colorimetría aporta el peso lúgubre que se necesita para estos filmes, las actuaciones están decentes y se comprometen a lo máximo que pueden, especialmente Jacqueline Byers quien sostiene toda la cruz.
La luz del diablo es una película para ir a ver con amigos, no es la nueva Exorcista y creo que nunca fue su intención, busca más bien dar inclusión a las mujeres dentro del subgénero de posesiones, lo que falla (además de todos los clichés que ya hemos visto en decenas de filmes como este) es que queda a medias en ese intento, ¿Acaso está pasando en el mundo real en la iglesia católica? No. ¿necesitábamos esta inclusión en un filme pochoclero? Tampoco.