Cuenta la historia de un padre que vive junto a su hija en un mundo desolado.
Pero no es hasta pasado un tiempo en el que se nos explica la causa de dicho aislamiento, el verdadero motivo por el cual ellos siempre se encuentran en constante movimiento.
Como así también el hecho de que no es conveniente que el resto de las personas que puedan llegar a encontrar en su camino sepan su verdadera relación. Por lo cual todo el tiempo se dedican a escapar de cualquier contacto con la sociedad para mantenerse a salvo de tratos incorrectos.
El objetivo de la película está cumplido ya que realmente logran demostrar el amor de un padre hacia su hija. Ubicándolo desde un lugar muy humano, con sus aciertos y errores en la crianza de la niña a causa del miedo y temor que posee a ser descubiertos. Pero siempre dejando muy en claro y a la vista que está dispuesto a no importa cómo, realizar cualquier sacrificio por el bien de los dos.
Desde el comienzo nos muestran este vínculo tan especial y lindo entre estas dos personas a través del dialogo, creando una situación de extrema confianza, cariño, y paciencia, la cual se mantiene durante toda la película. Y también es lograda por una buena actuación de sus personajes, permitiendo que sean creíbles, y así poder sentir empatía y aprecio por ellos.
Su fotografía es correcta, presentando escenarios amplios y acordes que se acoplen al silencio y quietud de la trama, como también la creación de planos que resultan interesantes, brindadando a la historia un visión distinta permitiendo conectarse de manera más natural a los verdaderos hechos.
Y a pesar de que en La luz del fin del mundo finalmente todo gire en torno a la intimidad y relación entre los protagonistas, y la cual está perfectamente lograda, por momentos desespera la lentitud y tranquilidad con las que los eventos van ocurriendo, obteniendo como resultado una cinta demasiado extensa.