Post apocalipsis familiar.
La luz del fin del mundo es una película dirigida, escrita y protagonizada por el ganador del Oscar Casey Affleck que interpreta a un padre que debe cuidar de su hija, interpretada por Anna Pniowsky, en un mundo postapocaliptico donde murieron casi todas las mujeres a causa de un virus. Completan el elenco Tom Bower, Hrothgar Mathews, Timothy Webber y Elisabeth Moss.
En esta ocasión Casey Affleck utiliza una puesta en escena minimalista para contar las consecuencias de una catástrofe de proyección mundial, en una escala intimista. Y los espectadores vamos construyendo lo ocurrido mediante cortos flashbacks en los que vemos como el virus afecta a la madre de esta niña recién nacida, interpretada por Elisabeth Moss, y tomamos conciencia de su gravedad por el noticiero que se escucha de fondo. Así como también vamos recolectando información de lo que dicen los diferentes personajes con los que se van cruzando en su camino.
La austeridad de la puesta en escena con esos paisajes naturales desolados fotografiados por Adam Arkapaw, acompañados de la música de Daniel Hart, ayudan a generar este clima angustiante que predomina durante toda la película. Y esta angustia se profundiza en el contraste entre los tonos fríos del presente y los tonos cálidos de los flashbacks, que refuerzan la idea de una felicidad idealizada en la memoria de su protagonista.
Pero el problema principal de La luz del fin del mundo radica en que si bien hay puntos de giro que dan paso a otros actos, no cambian su ritmo, por lo que el relato se torna aburrido. Porque de esa forma se desaprovecha el suspenso que genera el hecho de que la niña se tenga que hacer pasar por varón, con remates que no generan el suficiente efecto catártico debido a su corta duración.
En conclusión, La fría luz del día toma un concepto similar al de Señales, donde M. Night Shyamalan reducía a la escala familiar una catástrofe a nivel mundial. Y si bien la propuesta de hacer una película de ciencia-ficción suplantando el fuera de campo por los efectos visuales es interesante, en este caso no resulta porque su ritmo monocorde hace que resulte tediosa y que la atención del espectador pueda dispersarse con facilidad.