Tom (Michael Fassbender) es un ex combatiente de la Primera Guerra Mundial. Con un pasado lleno de muerte y tristeza, decide tomar un trabajo manejando un faro en una isla cercana a un pueblo costero. Pese a querer llevar su vida en soledad, se enamora y se casa con una joven local, Isabel (Alicia Vikander). La vida de los recién casados parece feliz hasta que ella sufre dos abortos. Pero un día aparece un bote a la deriva con un hombre muerto y un bebé llorando. Isabel y Tom decidirán adoptar a la pequeña y hacerla pasar como hija suya, sin informar a las autoridades, y sin saber en el problema que se estarán metiendo.
La Luz Entre los Océanos es un best seller, escrito por M. L. Stedman, pero quien les escribe no leyó dicha novela, así que la siguiente crítica se limita a hablar del film como material independiente y no como una adaptación del libro.
Por la temática y el trailer, La Luz Entre los Océanos podría tomarse como un dramón de esos golpebajistas ideales para ver un domingo a media tarde si uno quiere terminar de deprimirse; y pese a que sí, se toca un tema bastante complicado, La Luz Entre los Océanos sale bastante airoso sin buscar la lágrima fácil.
Uno de los méritos que salta a la vista de inmediato son las actuaciones, tanto de Michael Fassbender como de Alicia Vikander, quienes solos soportan casi el total peso de la película. Si bien en la segunda mitad aparece Rachel Weisz, su performance está por debajo del dúo protagonista. También cabe destacar que al ser pareja en la vida real, la química que tienen se nota de inmediato. Y atención a la actuación de Vikander cuando sufre los abortos, no sorprendería verla nominada en algún premio por esta película.
Otro factor a destacar es la preciosa fotografía con la que cuenta La Luz Entre los Océanos, no sólo por lo bella que es, sino como es usada para acompañar los estados sentimentales de los protagonistas, ya sea tanto los pocos momentos de felicidad que tienen, o cuando sufren ante las diferentes pérdidas a lo largo de la historia.
Y acá me quiero detener un momento, porque sin dudas es la pata flaca de esta película, la historia. Sí, más arriba me vieron decir que a favor tiene que no apela al golpe bajo. Y en ese sentido el guión escrito por Derek Cianfrance (quién también es el director) es bueno, pero adolece de un tercer acto bastante largo y estirado, que no sólo le quita ritmo al film, sino que se siente como si no hubiera sabido como terminar la película. A esto hay que sumarle que pese a sus actos, los personajes terminan siendo en su mayoría demasiados buenos, todos tienen un corazón noble y algunas de sus decisiones se sienten poco creíbles.
La Luz Entre los Océanos es una muy buena película, que poco le falta para ser excelente, con grandes actuaciones, una enorme fotografía y una buena dirección. Se posiciona como uno de los mejores dramas del año. Una lástima que tenga pequeñas fallas en el guión; pero esto no quita que estemos ante un film que se los recomendamos a todos.